Alquimista del terror

AutorRodolfo G. Zubieta

Mucho antes de ser reconocido en los libros de historia como el "Maestro del Escalofrío" o "Maestro del Horror", el italiano Dario Argento primero se forjó un camino atípico para un artista de su nivel.

Nacido el 7 de septiembre de 1940 en Roma, Sirio Bernadotte (seudónimo que usó de forma esporádica a lo largo de su carrera) siempre supo que se dedicaría, de alguna u otra forma, al séptimo arte.

Sin embargo, el hijo del productor fílmico Salvatore Argento y de la fotógrafa brasileña Elda Luxardo, nunca tomó estudios profesionales de cine. Fue más bien su amor por las películas lo que formó su vena autoral.

Cuando todavía estudiaba la preparatoria decidió convertirse en crítico, escribiendo para varias revistas especializadas, así como en columnista del periódico italiano Paese Sera.

Su maestría con la pluma y su ojo entrenado lo empujaron a desarrollarse como guionista, trabajando para directores reconocidos de la época, como Francesco Prosperi, Tonino Cervi y Alfio Caltabiano, entre otros.

Esos chispazos de genialidad en historias western, criminales y dramáticas, lo hicieron el candidato ideal para colaborar a sus 28 años con un Bernardo Bertolucci (El Último Tango en Paris) igual de novato.

Los dos unieron fuerzas para colaborar en 1968 con Sergio Leone en la historia de Érase Una Vez en el Oeste. El cineasta, quien venía fresco del éxito de El Bueno, El Malo y El Feo, fungió como "padrino" de ambos.

Dos años después, y luego de presenciar varios rodajes y maravillarse con la labor tras la cámara, Dario debutó como director con El Pájaro de las Plumas de Cristal (1970), que arrasó con la taquilla y crítica italiana.

REVOLUCIÓN

Ese primer filme no sólo convertiría a Argento en un talento a seguir; también ayudó a redefinir el género "giallo", una mezcla de ficción de horror y erotismo, aderezada con brochazos intensos de violencia y fantasía.

Colegas legendarios como Mario Bava (The Girl Who Knew Too Much, 1963), Antonio Margheriti (Naked You Die, 1968), Umberto Lenzi (Orgasmo, 1969) y Lucio Fulci (One on Top of the Other, 1969) ya se habían enfocado en este tipo de cine, pero fue la visión de Dario lo que lo volvió un fenómeno cultural.

Tras su debut dirigió otras dos obras importantes en su carrera, El Gato de las 9 Colas y Cuatro Moscas Sobre Terciopelo Gris, ambas de 1971, y con las que finalizó su llamada Trilogía Animal.

Cansado de la sangre y la violencia, decidió desintoxicarse y dirigir un par de dramas y una comedia para...

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