Alternativas contra el narco

AutorErnesto Núñez y Martha Martínez

El gobierno federal ha insistido en que no hay otra alternativa para combatir el narcotráfico, que mantener al Ejército en las calles. El año pasado, el presidente Felipe Calderón llamó "ingenuos" a quienes plantean un cambio de estrategia, y el pasado jueves, en un discurso pronunciado en Mérida, pidió a sus críticos que le presenten otros planes anticrimen.

Especialistas en seguridad y Fuerzas Armadas, sociólogos, defensores de derechos humanos y escritores fueron convocados por Enfoque a sugerir una idea o plan distinto a lo que está haciendo el gobierno de Calderón para combatir al narco.

La mayoría coincidió en señalar que la lógica militar para enfrentar el problema está agotada.

Por ello, proponen otras maneras de encarar el tráfico y consumo de drogas, que podrían y deberían articularse en una estrategia integral que involucre no sólo al gobierno federal, sino a los poderes Legislativo y Judicial, a los estados y municipios.

Rubén Aguilar Valenzuela.

Analista político, profesor de la UIA. Fue portavoz de la Presidencia de la República.

Cambio de enfoque

La "guerra" no es el camino para hacer frente al problema. Son cada vez más los políticos, intelectuales y académicos que coinciden en este punto: Zedillo, Cardoso, Gaviria, Vargas Llosa, Fuentes y el recién fallecido Tomás Eloy Martínez, por mencionar algunos.

La línea de solución, como ocurre en los países más desarrollados y con democracias muy sólidas, es enfrentar el problema desde la lógica de un problema social de salud pública, como el tabaco, el alcohol o la prostitución. Se asume que la compra-venta de drogas es un problema que ha estado presente a lo largo de la historia y que lo seguirá estando. No se trata de erradicar el problema sino de administrarlo desde la lógica de las instituciones del Estado.

Esto implica, entre otras cosas, que hay que enfocar la acción en: a) reducir al máximo los daños colaterales que trae consigo el consumo-venta de drogas: la violencia y la corrupción; b) evitar al máximo el daño de quienes sufren de las adicciones: asistirlos como enfermos; c) trabajar en la línea de legalizar las drogas blandas: es el caso de la mariguana, como está sucediendo en Estados Unidos.

Es necesario que el gobierno dialogue y negocie con Estados Unidos. El mayor consumidor de drogas del mundo no hace la "guerra" a los cárteles que controlan la venta en sus ciudades; muchas de ellas, plazas en manos de los cárteles mexicanos. Han logrado que ese comercio, que siempre se va a dar, ocurra sin violencia. Tenemos mucho que aprender del tratamiento que el gobierno de Estados Unidos da al problema.

Emilio Álvarez Icaza.

Ex presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal.

Estrategia integral

Urge la aplicación de medidas alternativas articuladas en una estrategia integral:

  1. Transformar el funcionamiento del aparato de justicia mexicano.

  2. Mejorar el funcionamiento del aparato de justicia social: generar empleos y condiciones de bienestar para la población.

  3. Combate al poder económico de la delincuencia, que le ha brindado su poder corruptor. Para ello debe desarrollarse un amplio trabajo de inteligencia y buscar estrategias de colaboración con el sector empresarial y bancario.

  4. Prevención. México necesita tomar conciencia de que ya no es un país de tránsito de drogas, sino que se ha convertido en un importante consumidor.

  5. Cambio en la relación con Estados Unidos, que no puede seguir evadiendo su responsabilidad en el problema. México requiere de un empleo más agresivo de la Convención de Palermo y exigir resultados y cooperación.

  6. Fortalecer el sistema político y el Instituto Federal Electoral para que tengan las herramientas necesarias que eviten la infiltración de dinero del narcotráfico en las campañas.

    Sólo los países que han respetado los derechos humanos de su población en la lucha contra el narcotráfico han tenido éxito. México tiene hoy la oportunidad de superar este fenómeno atacando sus debilidades.

    Mario Arroyo Juárez.

    Investigador asociado a la Cátedra de Inteligencia Estratégica de la EGAP/ITESM.

    Libro blanco de seguridad y defensa

    Los conocimientos científicos actuales y las experiencias internacionales exitosas en materia de seguridad nos demuestran que, para recuperar la calidad de vida de los ciudadanos y dotar de sentido al concepto de justicia, es necesario implantar una política criminológica de Estado. Para concretar este esfuerzo es necesario realizar un programa nacional con racionalidad técnica y no burocrática, de ahí, con base en diagnósticos hoy inexistentes, seleccionar estrategias y derivar acciones, capacitar y entrenar recursos humanos, implementar, monitorear y evaluar dichas acciones. Por su naturaleza, debe ser un ejercicio transexenal y consensuado socialmente. Del programa deben derivarse al menos 10 estrategias que hagan del ejercicio algo integral: 1) recopilación y análisis de información; 2) nueva arquitectura institucional; 3) justicia eficaz y cercana a la gente; 4) educación para la convivencia; 5) crear entornos seguros y sanos; 6) reformas legislativas con base en estudios empíricos; 7) participación social; 8) fortalecimiento de la identidad, equidad y desarrollo; 9) innovación tecnológica y; 10) cooperación.

    Los medios técnicos y el presupuesto existen, no así la responsabilidad ética de utilizarlos y construir una visión de futuro: un libro blanco de la seguridad y defensa.

    Luis Astorga.

    Investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.

    Consenso político*

    Crear una política de seguridad de Estado, con consenso político y en la que todos cedan. ¿Qué cederían? Los vínculos de protección, las relaciones de corrupción de miembros prominentes de las estructuras políticas que tienen posiciones de poder en todo el país y en todos los niveles de gobierno.

    Eso implicaría eventualmente (y ése sería el objetivo) fortalecer las instituciones democráticas, suponiendo que todos queremos un sistema democrático con instituciones fuertes y no un sistema autoritario.

    * Ideas expresadas durante el...

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