Alvaro Vallarta Ceceña/ Verdades del pasado

AutorGral. Alvaro Vallarta Ceceña

Para la mentira que asesina, la verdad que protege y la ley que absuelve o condena.

O. Tirayan.

El miércoles pasado, la Corte ordenó a la Procuraduría General de la República abrir una indagatoria sobre lo acontecido el 2 de octubre en Tlatelolco. El máximo Tribunal del país estableció que la citada Procuraduría incurrió en un error de técnica procesal en noviembre de 1998, cuando archivó la denuncia presentada por ex dirigentes del movimiento estudiantil en contra de algunos ex Presidentes, entre otros, por considerar que los posibles delitos ya habían prescrito.

Sin embargo, también es cierto que será necesario esperar el veredicto del juez que conozca del caso, para saber si los delitos prescribieron o no, ya que la resolución de la Corte señala únicamente que no corresponde a la PGR pronunciarse en ese sentido.

Sea cual sea la determinación de un juez y hayan o no prescrito los delitos, las Fuerzas Armadas Mexicanas, para evitar que su actuación en la defensa de las instituciones de México sea puesta en tela de juicio, no han recurrido ni recurrirán a ninguna ley de amnistía, a ningún punto final y mucho menos a lo que en otros países se llama Obediencia Debida.

Las unidades militares, en el pasado, cumplieron con sus responsabilidades constitucionales; en el presente, lo siguen haciendo; y en el futuro, lo continuarán realizando, apegadas a derecho y con respeto a los derechos humanos. En el cumplimiento de sus misiones muchas madres y padres de soldados se quedaron sin hijos, numerosas esposas viudas y bastantes niños huérfanos.

Es justo volver a recordar que, en el cumplimiento de sus deberes, también murieron policías municipales, estatales y federales; que funcionarios federales, empresarios y hasta diplomáticos fueron secuestrados y en algunos casos asesinados; así como la muerte de personas inocentes, que tuvieron la mala suerte de estar en el lugar inadecuado en el momento inoportuno.

También es necesario comprender el dolor de aquellas familias que no tienen a dónde llevar una flor a su hijo que murió en aras de ideales.

Al tratar de conocer la verdad, tampoco se debe olvidar que algunas aulas universitarias fueron utilizadas para torturar y asesinar a policías; que hubo torturas a militares; que también acontecieron asaltos a bancos; y que entre los mismos integrantes de los diversos grupos armados se asesinaron unos a otros y no faltó quienes huyeron o se quedaron con el dinero de asaltos y secuestros.

Si los mexicanos...

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