Una amenaza latente

AutorNatalia Vitela

Antes, cada vez que se mencionaba el término trastorno alimenticio, de inmediato se relacionaba con una mujer adulta, de buen estatus económico, pero hoy se sabe que los hombres también los sufren y que nada tiene que ver con la edad ni con la posición económica.

Estos trastornos pueden ser letales. Algunas complicaciones médicas que provocan van de úlceras y osteoporosis tempranas hasta paros cardiacos y renales.

Están asociados a sentimientos de inseguridad, ineficacia, impotencia y malestar. Desde la infancia pueden establecerse patrones de alimentación poco saludables, pero la pubertad y la adolescencia, es decir, entre 11 y 20 años, es el momento de mayor riesgo, porque los jóvenes se sienten inconformes, incomprendidos y suponen que la causa de su malestar es que no son atractivos.

Creen que si bajan de peso o tienen determinado aspecto alcanzarán la felicidad; no se dan cuenta de que esto es falso y su insatisfacción se debe a otro tipo de problemas. Esta idea proviene de los estereotipos de belleza que se difunden en los medios de información y en el propio hogar. Otro factor que puede desencadenarlos son los problemas familiares.

Pero existen males psiquiátricos que no tienen que ver necesariamente con el funcionamiento de la familia, y que pueden poner a los adolescentes en mayor riesgo, como ansiedad y depresión.

También hay rasgos de personalidad que causan propensión, como la impulsividad, el perfeccionismo y la búsqueda de aprobación. Sin embargo, se tienen que conjugar una serie de factores sociales, familiares y personales para desarrollar un trastorno.

Antes de tener que lidiar con un familiar enfermo, más vale que tome en cuenta lo siguiente para prevenir algún trastorno.

Anorexia

Cada trastorno de la conducta alimentaria tiene sus propios rasgos y síntomas, aunque pueden aparecer simultáneamente características de varios de ellos. Por lo general predomina uno u otro.

Las personas con anorexia están obsesionadas por ser delgadas, pierden gran cantidad de peso y les aterroriza subir de peso.

Conforme pasa el tiempo comen cada vez menos y adelgazan más, pero a medida que bajan de peso se les nota más a disgusto con su apariencia, pues sienten que no adelgazan lo suficiente o que fácilmente suben de peso, por lo que empiezan a generar un profundo temor hacia la comida y aunque tengan hambre se privan de los alimentos.

Esto los vuelve irritables, impacientes e intolerantes; además, como no se alimentan adecuadamente se...

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