Ammartya Sen / Completar la democracia

AutorAmmartya Sen

Recibió el Premio Nobel de Economía en 1998.

Es Maestro del Colegio Trinity, en Cambridge.

Todos, estoy seguro, tenemos una respuesta propia a esta difícil -y posiblemente mal hecha-pregunta. No soy bueno para encontrar respuesta a ninguna de las preguntas relevantes, pero si tuviera que señalar algo, daría, creo, el privilegio del lugar a la emergencia de la democracia como forma preeminentemente aceptable de gobierno.

No es negar que miles de millones de personas vivan todavía fuera de una democracia. Pero la democracia ha progresado con bastante rapidez en todos los continentes, adquiriendo una distinción normativa que habría sido difícil de imaginar a la vuelta del último siglo. Hay muy pocos países no democráticos que no tienen un vigoroso movimiento prodemocracia.

Aunque los ingredientes de la democracia han evolucionado, es apenas en el Siglo 20 cuando se convirtió en la forma de gobierno "normal".

Anteriormente, se daban discusiones sobre si uno otro país estaba -o está todavía- "preparado para la democracia" (por ejemplo, los británicos lo discutían regularmente al negar la independencia a la India).

Es absolutamente importante un cambio

¿Por qué es importante la democracia? Hay diferentes formas de enfocar la pregunta, algunas más sofisticadas que otras. Permítame sobresalir algunos puntos muy rudimentarios.

Quiero sugerir tres razones distintas para valorar la democracia. Primero, la democracia y las libertades políticas asociadas son partes importantes de la libertad humana en general. Mientras que la libertad sea una importante necesidad para el bien vivir, también lo será la democracia. El no poder participar en la vida política de la comunidad no puede ser sino una gran carencia.

Segundo, la democracia puede servir para fortalecer la atención política que recibe la gente vulnerable. Los gobernantes tienen que escuchar la expresión de las necesidades, las frustraciones, las quejas, que pudiera tener el pueblo. Por supuesto, algunos líderes pudieran escuchar de cualquier forma, aun cuando no se les obliga a hacerlo. Pero la democracia -a través de las elecciones multi-partidistas, la discusión política abierta, medios libres y demás- puede asegurar que esto tenga que ocurrir.

Esta es una razón por la cual no ha ocurrido jamás una hambruna sustancial en un país democrático -rico o pobre-. Por un lado, las elecciones no son fáciles de ganar luego de la hambruna. Tampoco son inmunes los Gobiernos de los países democráticos a las...

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