Nombres, Nombres y... Nombres/ Se amparan 13 huleras vs. contrato ley; ingenios negocian nuevas reglas

AutorAlberto Aguilar

NO HACE MUCHO le anticipábamos la importancia que cobraría la cuestión laboral en esta administración, dada la necesidad que tienen algunos rubros como el azucarero, textil o el hulero de modificar las bases con que se ha dado su relación con los trabajadores en los últimos años.

Curiosamente tanto en el renglón azucarero como en el hulero, ahora mismo se realizan esfuerzos para modificar su contrato ley, aún pese a la lógica resistencia de los respectivos sindicatos.

En el transcurso del año pasado, la apretada situación de la industria azucarera evidenció los limitados márgenes que ofrece su contrato ley. En el mismo renglón llantero, la decisión adoptada por Michelin que

encabeza Jean Pierre Guibbert, de cerrar sus plantas y manejarse sólo vía importaciones en el mercado mexicano, fue otro ejemplo más de la necesidad que hay de ajustar las relaciones laborales en esos segmentos.

Por lo pronto en el ámbito del azúcar, la semana pasada los industriales volvieron a la mesa de negociaciones con su sindicato con esa finalidad. De hecho apenas hubo un cese a las hostilidades de unos días, tal sólo para celebrar el fin de año, puesto que recordará que fue en la última semana del 2000 cuando se logró un acuerdo para el nuevo nivel salarial. Finalmente se estableció un incremento del 10 por ciento, retroactivo al 16 de noviembre, amén de la mejoría de algunas prestaciones, como despensa y seguro de vida.

Pero quedó pendiente justo lo más delicado y que tiene que ver con el tema de los jubilados y pensionados. El asunto afloró como parte de la problemática inmersa en el movimiento de huelga que inició el sindicato comandado por Enrique Ramos a principios de diciembre y que luego se declaró inexistente, tras prolongarse por 24 días.

Aunque los trabajadores ya aceptaron que cada ingenio maneje por separado lo concerniente a jubilados y pensionados, aún no se han aclarado los faltantes económicos que se habrían detectado por parte de las empresas del azúcar representadas por Carlos Seoane. El monto en cuestión ascendería a unos 60 millones de dólares. Lo que se exige es la práctica de algunas auditorías para esclarecer el asunto.

Hasta donde sabemos dicho punto es utilizado por los dueños de los ingenios para modificar de una vez por todas el contrato ley. Se imaginará el tenor de las discusiones, amén de la preocupación que hay entre los trabajadores, máxime cuando hay retrasos en la entrega de cheques a los jubilados, lo que añade un elemento de...

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