Ana Laura Magaloni Kerpel / Reformar poquito

AutorAna Laura Magaloni Kerpel

Bajo el lema de que el Distrito Federal ponía en marcha el sistema de juicios orales, el procurador capitalino, Rodolfo Ríos, y el presidente del Tribunal Superior de Justicia, Edgar Elías, pusieron en marcha un sistema para que se resuelvan de otra manera las denuncias por delitos no graves. Tal es el caso, por ejemplo, de lesiones que no ponen en peligro la vida, fraude, hostigamiento sexual, allanamiento de morada, violación de correspondencia, robos de cuantía menor, ataques a la vía pública, amenazas, entre muchos otros. Estos casos se resolverán a través de procesos de mediación y conciliación. Ya no se va a tratar de que se juzgue y sancione con cárcel a quien los comete. Lo que ahora se va a maximizar es que exista un acuerdo que repare el daño a la víctima.

Esta es una muy buena noticia para los que habitamos esta ciudad. No hace ningún sentido sancionar con cárcel este tipo de conductas. Hay que diferenciar, en términos de sanciones, a quien se roba un pan dulce de quien secuestra o mata a otra persona. Es un principio elemental de justicia.

Sin embargo, con toda la relevancia en términos sociales que tiene esta reforma, me temo que no llega al corazón de la transformación que necesita el sistema de procuración e impartición de justicia. Por la categoría, más mediática que jurídica, de "sistema de juicios orales" yo entiendo la transformación de un sistema de persecución y enjuiciamiento penal autoritario a uno propio de un régimen democrático.

En las coordenadas de un régimen autoritario con baja incidencia delictiva como fue el caso de México hasta la década de los ochenta, la función principal de la Procuraduría no fue la de la investigación y persecución criminal propiamente, sino la de ser el aparato coactivo del régimen político. En este sentido, las procuradurías estatales y federal, y no las Fuerzas Armadas propias de las dictaduras militares, constituyeron la principal amenaza creíble de castigo a los detractores del régimen o a los que desafiaban a los amigos del poder. Ello exigía una institución que funcionara con enormes márgenes de discrecionalidad política y con una fuerte disciplina interna por parte de la policía y los ministerios públicos con la cabeza de la institución. Asimismo, dicho aparato...

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