Ana Laura Magaloni Kerpel / Justicia

AutorAna Laura Magaloni Kerpel

Quienes han presenciado alguno de los Foros de Pacificación convocados por el Presidente electo han constatado que, por todos los rincones del país, la gente demanda justicia. Es decir, las víctimas de la violencia quieren escuchar explicaciones: qué pasó, por qué, quiénes son los responsables, qué los motivó, por qué las autoridades no hicieron nada. No es para menos: cientos de personas, familias y comunidades enteras han vivido en carne propia horrores similares a los de una guerra: más de 27 mil homicidios al año, 40 secuestros semanales, 34 mil desaparecidos, 1,307 fosas clandestinas. Y frente a esta tragedia, no pasa nada. Ninguna autoridad, local o federal, parece estar realmente a cargo de las investigaciones ni de que se sancione a los responsables. En el promedio nacional, sólo 4% de los delitos que se denuncian terminan con una sentencia condenatoria y los que logran consignar nuestras procuradurías son centralmente asuntos en flagrancia. No ha existido ningún gobierno dispuesto a hacer algo sustantivo al respecto. Frente a los hechos más violentos y crueles que pueden suceder en una sociedad, la justicia se ha quedado muda. Y con ello, se ha diluido la autoridad del Estado. No es sorprendente que la espiral de violencia vaya en ascenso. Sin justicia, me queda claro, no va a existir forma de frenar esta espiral.

Las procuradurías y los tribunales son las instituciones encargadas de proveer justicia a las personas. De esas dos instituciones depende que a los responsables concretos de cada asesinato, secuestro, desaparición, extorsión, violación, tortura, se les aplique la ley y se les impongan consecuencias. Sin embargo, lo relevante no es el castigo per se, sino el método para llegar a éste. La investigación criminal y el juicio mismo están diseñados para que, a través de argumentos, razones, peritajes, testimonios y un largo etcétera, se vaya urdiendo la historia del caso y se genere una explicación razonable, para la víctima, el acusado y la sociedad, de qué sucedió, por qué el imputado es responsable y cuál es la sanción aplicable. Esas explicaciones que se generan a través de los procesos judiciales renuevan y fortalecen el pacto de civilidad, pues hacen que sean la ley, los argumentos y las pruebas -y no la venganza y el ejercicio desnudo de la coacción- la forma de gestionar y pacificar nuestros conflictos.

El problema al que se...

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