Andrés Clariond Rangel / Premios Gaviota

AutorAndrés Clariond Rangel

El domingo pasado no todas las familias mexicanas disfrutaron de la 90 entrega de los Óscares, entre ellas los Peña Rivera. Enrique sabe que la transmisión de los premios de la Academia de Cine estadounidense toca fibras sensibles en su casa.

El desfile de sentimientos inicia cuando su esposa Angélica se apersona en la estancia familiar con sus tres Premios TVyNovelas, los pone sobre la mesa de centro y los va limpiando uno a uno.

El Presidente entiende poco la manía limpiadora de trofeos que le ocurre a su esposa sólo durante la ceremonia de los Óscares. Siente ternura y algo de lástima hacia ella. Sabe que Destilando Amor no es The Shape of Water, ni Angélica Rivera es Frances McDormand.

Mientras observa la coreografía de la canción de la película Coco, a Peña Nieto se le ocurre una idea que animará a su cónyuge. Creará los Premios Gaviota para reconocer no sólo a lo mejor del cine, sino también a lo mejor de la política.

Con esto matará dos pájaros de un tiro: por un lado beneficiará la imagen de los servidores públicos, y por otro le otorgará a Angélica una de las estatuillas.

Adictos a los reflectores, políticos de todas las facciones aceptan la propuesta, aunque no se ponen de acuerdo en el jurado.

El Presidente propuso a López Dóriga y, vía un médium, a Jacobo Zabludovsky, a lo que cientos de activistas e intelectuales protestaron usando el hashtag #PorUnJuradoQueSirva. Después de intensas negociaciones eligen a Carmen Aristegui y a Loret de Mola, quienes también serán los maestros de ceremonia.

El primero en llegar a los Premios Gaviota, obviamente en auto eléctrico, es Ricardo Anaya. Luce un elegante traje proveniente de la tintorería, ya que el candidato del Frente no quiere saber nada de lavanderías.

Le sigue Andrés Manuel López Obrador buscando quién le pague el taxi. Y un poco atrás del Peje camina José Antonio Meade recién bajado del Metro. El último de los presidenciables en llegar es El Bronco, cuyo traje morado brilloso de poliéster arquea las cejas de los exquisitos de la moda.

La ceremonia inicia con un número musical del cantante Enrique Iglesias, decisión que pone de malas a Anaya y a AMLO. Al primero porque le hubiera gustado ser tomado en cuenta para cantar guitarra en mano y junto a sus hijos. Al segundo porque Iglesias no deja de ser el hijastro de Mario Vargas Llosa. Ambos candidatos acaban de espaldas al escenario.

Al finalizar el musical, Aristegui toma el micrófono y da inicio a la entrega de las primeras...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR