Andrés Clariond Rangel / El Siete Mares

AutorAndrés Clariond Rangel

Llegan las vacaciones y los políticos corruptos no pueden esconder su dinero mal habido. Una cosa es que algunos guarden cierto disimulo en su diario existir para no vivir como magnates, manteniendo un ritmo de gastos cercano al de antes de llegar al poder, y otra, muy diferente, es limitar sus viajes a las momias de Guanajuato o a la mina El Edén en Zacatecas.

Los viajes son fuente de anécdotas y aprendizaje, una experiencia a la que no se le puede escatimar. Si bien la familia de los funcionarios corruptos ya no debe preocuparse por cultivar nada pues tiene la vida resuelta, nunca está de más un poco de cultura general para impresionar a una cita a ciegas o al vecino de asiento en un avión.

Quizá por eso el ex gobernador de Nuevo León Rodrigo Medina optó por llevar a su familia a un crucero a Sudamérica. ¿Habrán visitado la Casa Rosada en Buenos Aires o La Moneda en Santiago? ¿Se habrán retratado frente al monumento a la bandera en Rosario? ¿Habrá comparado Medina su pequeñez contra las enormes cabezas de la Isla de Pascua? ¿De perdido habrán degustado un buen bife en Puerto Madero?

No queda del todo claro si el viaje de los Medina Salinas tenía algo de cultural. Las fotografías del paparazzo, quien dicho sea de paso estuvo más al pendiente de Rodrigo y acompañantes que de su propio viaje, muestran una vacación de relax.

Cerveza en mano, Medina y su esposa aparecen disfrutando de un atardecer, tomando algo en el bar o arriesgando en las maquinitas el patrimonio que tanto les costó amasar.

El paparazzo parecía un enviado de Santiago Nieto, el héroe cazador de bandidos de la 4T, porque con curiosa sincronía, entre foto y foto del ex gobernador, apareció la noticia de que Medina aún no podía cantar victoria: la justicia a través de Nieto lo investigaba sin la protección y ayuda de sus otrora poderosos compadres Enrique Peña, Luis Videgaray, Luis Miranda y demás protectores.

En el crucero la noticia cayó como agua de concurso de camisas mojadas, bien helada. Cuenta el paparazzo de los Medina que al enterarse de la investigación en su contra, Rodrigo fingió una emergencia y pidió una lancha para llegar a tierra firme. Su intención no era fugarse o vivir una vida de salvaje a la Blue Lagoon, sólo buscaba comprar una guitarra.

Esa misma noche, desde el balcón de su suite se escuchaban los exabruptos dramáticos del ex gobernador en la...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR