Antonio Velázquez/ Medicina con nombre propio
| Autor | Antonio Velázquez |
Antonio Velázquez / Doctor en Medicina Interna
Normalmente, a pesar de los continuos cambios del ambiente, nuestro organismo difiere muy poco del de otras personas. En individuos sanos, la temperatura corporal, la presión arterial o la cantidad de azúcar en la sangre se mantienen estables, dentro de estrechos "límites normales". Cuando este equilibrio se rompe, aparece la enfermedad. Estas son algunas de las premisas fundamentales de la medicina moderna.
Tres hitos marcan su historia. En el siglo XIX el fisiólogo francés Claudio Bernard descubrió la constancia de lo que denominó el medio interno. En la cuarta década del siglo XX, Walter B. Cannon, profesor de la Universidad de Harvard --con quien colaboró estrechamente el eminente científico mexicano Arturo Rosenblueth--, acuñó el término homeostasis para referirse al resultado de los mecanismos que mantienen constante el medio interno. Del correcto funcionamiento de estos mecanismos depende conservar la salud. A principios del siglo XXI, en el año 2003, se habrá completado el descubrimiento del "manual de instrucciones" de esos mecanismos homeostáticos, el llamado genoma humano, que es el conjunto de la información genética transmitida de padres a hijos, y cuya exploración habrá de intensificarse en los próximos años. Propongo que el cada vez mejor conocimiento del genoma humano será lo que encausará la práctica médica en el nuevo siglo.
Genes y Ambiente
Así como son distintas las circunstancias de cada uno de nosotros, también nuestros genomas son diferentes, y ambos ñ-genoma y circunstancias en indisoluble relación-- nos dan nuestra individualidad e identidad. De esta continua interacción depende también nuestro estado de salud o de enfermedad. Los trastornos propiamente genéticos --como el albinismo, la hemofilia o el enanismo acondroplásico-- son extraordinariamente raros. Pero en la mayoría de los padecimientos comunes, el componente genético es complejo y parcial --como en la diabetes, infarto del miocardio, asma, trastornos mentales como la depresión, hipertensión arterial, artritis, cáncer-- así como la susceptibilidad a enfermedades infecciosas ("ambientales") como la tuberculosis o el SIDA.
En ellos, la afección se presenta sólo cuando se combinan un número suficiente de genes con efectos individuales muy pequeños --cada uno de los cuales contribuye a aumentar un poco la susceptibilidad a la enfermedad--, vinculados a determinados factores ambientales. Esta clase de genes confieren a la persona una predisposición innata a los padecimientos. Los factores del entorno --ciertos alimentos, contaminantes, microorganismos, medicamentos, drogas, tabaco, dieta que lleva a la obesidad, ejercicio...
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