Entrevista/ Antonio Velasco Piña/ Las armas espirituales

AutorJorge Luis Herrera

En su nueva novela, La guerra sagrada, Antonio Velasco Piña (1935) analiza la Guerra de Independencia de México desde su particular cosmogonía, resalta los aspectos espirituales de la contienda e intenta aclarar algunos enigmas. "En este libro hablo de muchas cosas que siempre se han conocido pero a las que comúnmente se les atribuye el carácter de fantasía o mentira... son diferentes percepciones de la realidad", dice.

Antonio Velasco Piña, háblenos de su concepción de la historia...

Fue moldeada por el maestro Ayocuan, autor de La Mujer Dormida debe dar a luz. Es una visión común en todas las culturas antiguas. No es eurocéntrica, intenta ser planetaria; tampoco es una visión lineal que considere un progreso ininterrumpido, sino que es cíclica y en espiral, incluye etapas tanto de evolución y ascenso, como de involución y decadencia. La historia no siempre es una línea ascendente, ni un círculo cerrado donde retornemos al punto de partida. El eje central de esta concepción es lo sagrado, entendido como el intento del ser humano por vincularse e integrarse con lo divino, a través de la ampliación de conciencia y la elevación del espíritu.

¿Cómo surgió el libro La guerra sagrada?

Esto no va a ser creíble para cualquier persona. Los grandes héroes del pasado pidieron que se dilucidaran dos cuestiones sobre la Guerra de Independencia: por qué Hidalgo no tomó la Ciudad de México después de la batalla del Monte de las Cruces, y la razón por la cual Morelos se dejó sitiar en Cuautla. La tarea fue encomendada primero a la escritora Patricia Zarco, pero por motivos personales no pudo realizarla y me fue confiada.

¿Cuál era su intención al escribir este libro?

Acepté realizarlo porque faltan nueve años para que se cumpla el segundo centenario de la Guerra de Independencia y aún hay hechos por aclarar. Existen bastantes libros, pero hasta ahora se han soslayado varios aspectos que marcan el carácter espiritual de la contienda. Algunos sucesos resultan inexplicables si no se atienden estas motivaciones. Sí, se trataba de romper la sujeción ejercida por el gobierno de España, pero hemos ignorado que en todas las proclamas de la Guerra de Independencia se señalan de forma especial los objetivos espirituales que se perseguían, lo político estaba en segundo término. No me queda la menor duda, fue una Guerra Sagrada, ése fue el propósito de sus dirigentes. La historia oficial lo ha olvidado o simplemente marginado; además, si analizamos esta versión...

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