Un apapacho fílmico

AutorYanireth Israde

Mientras las películas infantiles convencionales reducen el mundo a una perpetua disputa entre héroes y villanos, las reunidas por La Matatena en su Festival Internacional de Cine para Niños (... y no tan Niños) muestran que la fuerza no está en los puños ni la batalla se agota en una secuencia.

"El cine convencional de buenos y malos enseña a las niñas y a los niños que las cosas se logran a base de golpes, de intrigas o de violencia. Me parece que hay otras maneras no sólo de narrar, sino de vivir. En este festival los colocas en una colina que les permite ver un mundo amplio, vasto, que pueden girar 360 grados y tener una perspectiva más objetiva", apunta en entrevista Liset Cotera, fundadora y directora de La Matatena.

El festival, que este año cumple cinco lustros, será transmitido gratuitamente del 15 al 22 de noviembre por FilminLatino, plataforma digital del Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE) y por Canal Once, Capital 21 y Canal 22. Suman 61 los materiales presentados, de 22 países.

Cotera, comunicóloga formada en la televisión cultural, reconoce a cineastas que relatan historias cotidianas, vinculadas con el entorno, para narrar desde la realidad.

"No engaños en términos de procurar que los niños sean quienes no son, o que quieran alcanzar algo que no. Me parece más honesto abordar historias donde los niños están en el centro y partir de entornos reales", expone.

Este año, por ejemplo, el programa acerca al público temas como las pérdidas, la inclusión o la migración, en películas como Bori, del coreano Jinyu Kim, relato de una niña que nace en un familia de sordos, mientras ella puede escuchar -invirtiendo la situación que tradicionalmente se presenta- o Fritzi. Un cuento revolucionario, de los alemanes Matthias Bruhn y Ralf Kukula, relacionada con la división de Alemania en el siglo pasado, la huída de las personas de la parte oriental hacia la occidental y la caída del Muro de Berlín en 1989, a partir de una historia entrañable entre dos amigas y un perro, Sputnik.

La población infantil, advierte Cotera, ha sido una de las más afectadas por la pandemia de Covid-19, porque interrumpieron las actividades escolares, su relación con amigos y compañeros y, en muchos casos, afrontan entornos de violencia.

"Esta cinematografía, en estos momentos, acaba siendo como un apapacho al corazón. Y no solo llega a las niñas y los niños, sino también a los adultos, por su calidad, porque apela a su inteligencia, protege sus derechos...

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