Aparato insostenible
| Autor | Martha Martínez |
Durante los gobiernos panistas la Administración Pública creció sin control: se crearon áreas administrativas innecesarias, se privilegió el incremento de la estructura de sectores poco sustanciales para el desempeño del gobierno federal, el número de unidades administrativas como coordinaciones y departamentos se multiplicó y el costo del aparato burocrático se duplicó.
Actualmente, el gobierno federal cuenta con una estructura de cerca de 22 mil áreas que la Secretaría de Hacienda busca adelgazar. En diciembre pasado comenzó un proceso de reorganización que busca disminuir salarios de mandos medios y superiores, cancelar plazas y áreas que se duplican, suprimir y fusionar programas gubernamentales que persiguen los mismos objetivos y restringir el costo de la Administración Pública Federal.
Crecimiento descontrolado
El investigador de la UNAM José Juan Sánchez afirma que el crecimiento desmedido de la Administración Pública comenzó en el gobierno del ex presidente Vicente Fox.
"De 1982 al año 2000 no hay un crecimiento de la burocracia. El problema lo vamos a ver en el gobierno de Fox y de Felipe Calderón", detalla.
El académico explica que entre 2001 y 2003 comenzaron a crearse plazas de mandos medios y superiores a fin de colocar a amigos e incluso familiares.
"A los panistas les gustaba ganar bien, no tenían el sentido gerencial de que iban a ser funcionarios públicos para mejorar y ser eficientes. Les gustaban los buenos salarios y las buenas prestaciones, es ahí en donde podemos ver el crecimiento desproporcionado de algunas plazas que fueron duplicadas, que no eran necesarias y que, además, fueron creadas por cuestiones básicamente de tipo político", sostiene.
Autor del libro La corrupción administrativa en México (IAPEM, 2012), el académico recuerda que en 2003 fue publicada la Ley del Servicio Profesional de Carrera a través de la cual se establecieron reglas para la asignación de plazas de mandos medios y superiores. No obstante, explica, para darle la vuelta a ese nuevo ordenamiento, comenzaron a crearse puestos que no estaban regulados por dicha ley. El resultado, agrega, fue un crecimiento descontrolado de plazas y áreas administrativas.
Este "sistema de botín", advierte, continuó aplicándose en la administración de Felipe Calderón. "La otra es que teníamos el Servicio Profesional de Carrera que ya no permitía, en algunos casos, meter a amigos y a conocidos, entonces se creó algo así como una estructura paralela para compensar todos esos compromisos", señala.
Para el primer año de la actual administración el número de plazas también aumentó. Entre 2012 y 2013 pasaron de 865 mil a 874 mil para el gobierno federal.
Engranes que no embonan
Actualmente la administración central está conformada por 17 secretarías -incluida la de la Función Pública, cuya desaparición está programada tras concretarse la creación de la Comisión Nacional Anticorrupción-, la Presidencia de la República, la Consejería Jurídica del Ejecutivo Federal y la Procuraduría General de la República.
Además de 83 organismos desconcentrados y las entidades paraestatales: 105 organismos descentralizados, 78 empresas de participación estatal mayoritaria, 12 fideicomisos públicos, 7 fideicomisos que forman parte de la banca y 10 organismos no sectorizados.
A esto se suman las representaciones estatales. Actualmente seis secretarías de Estado, la PGR y algunos programas y órganos desconcentrados, como Oportunidades, Liconsa y Diconsa, tienen presencia en los estados. En total suman 323 delegaciones, centros, coordinaciones y representaciones, cada una de ellas con su propia estructura.
Un ejemplo: Sedesol tiene 32 delegaciones estatales; cada una de ellas cuenta con al menos un delegado, tres subdelegados, dos departamentos y tres unidades administrativas.
En total, el sector central de la APF, además del IMSS, el ISSSTE, Pemex y sus subsidiarias, tienen una estructura de 21 mil 900 áreas administrativas.
Muchas de estas áreas administrativas se duplican. Por ejemplo, en la Dirección del Centro de Desarrollo Infantil de la Secretaría de Relaciones Exteriores hay dos subdirecciones de Clima Organizacional e Igualdad de Género.
En otras dependencias su estructura hace engorroso el procesamiento de trámites. Un ejemplo es la Dirección de Atención Ciudadana y Compromisos de la Sedesol, la cual cuenta con una Subdirección de Control de la Demanda Ciudadana y Compromiso, un Departamento de Archivo de la Demanda Social, un Departamento de Clasificación de la Demanda Social, una Dirección de Gestión de la Demanda Social y un Departamento de Captura de la Demanda Social.
La Sedesol también es un ejemplo de cómo la conformación de la administración pública en muchos casos privilegia actividades poco sustantivas.
Según su organigrama, la Dirección General de Recursos Humanos cuenta con 6 direcciones, 13 subdirecciones y 15 departamentos encargados de capacitar al personal, administrar sus prestaciones, el pago de sus salarios, organizar actividades deportivas y recreativas y coordinar la comunicación interna.
Esta estructura es mayor a la que conforma la Dirección General de Evaluación y Monitoreo de Programa Sociales. Esta área encargada de desarrollar metodologías e indicadores para medir el impacto de los programas sociales y monitorear su aplicación, cuenta con sólo dos direcciones generales adjuntas, cinco direcciones, tres subdirecciones y tres departamentos.
Burocracia onerosa
El costo de este aparato burocrático aumentó. Cifras oficiales señalan que para el presente ejercicio fiscal, los recursos etiquetados para el pago de sueldos, salarios e insumos necesarios para el funcionamiento del gobierno federal y los organismos mencionados fue de 2.5 billones de pesos, equivalente al 64 por ciento del presupuesto total aprobado. En el año 2000 fue equivalente al 59 por ciento.
El número de funcionarios públicos también creció. El Presupuesto de Egresos de la Federación señala que las plazas etiquetadas entre los años 2000 y 2013 para el gobierno federal crecieron en más de 320 mil; mientras que para el...
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