Apóyese en la nana, pero con límites

AutorÉrika Dávila

Cuando se dice que la maternidad cambia el ritmo de vida por completo, se trata de un dicho que va en serio.

Y es que una vez que tienes a su pequeño en casa, se muestra tal como es: una persona que requiere de cuidados y atenciones, a quien no puede dejar solo ni por un segundo.

Pero, ¿qué pasa cuando quiere respirar un poco y darse un tiempo para sus cosas?

La psicóloga Josefina Cruz Costilla señala que al combinar las actividades de madre y profesional puede apoyarse en la ayuda de una asistente doméstica que se especialice en el cuidado del bebé.

"Siento que es una ayuda mutua, porque la chica no va a suplir las obligaciones de mamá, simplemente es una ayuda.

"No voy a descargar todo lo que tengo que hacer como madre en la muchacha que cuida al pequeño, se trata de que entre las dos estemos al pendiente del bebé, y de hacerla partícipe de su cuidado para que se vaya adecuando a la forma de vida de la familia", indica Cruz Costilla.

Pero al tomar la decisión de tener a una nana como apoyo en el cuidado del hijo hay que considerar varias características importantes en esa persona.

La madurez es una cualidad básica y no necesariamente se trata de la edad, sino de criterio, pues se requiere que sepa discernir entre lo bueno y lo malo, que tenga buenas referencias o antecedentes y que sepa cómo tratar al niño, de tal manera que en momentos de crisis se tranquilice sin que pierda los estribos.

"Hay chicas actualmente que se la pasan viendo televisión o escuchando música, que dejan a un lado el cuidado del bebé o le dan cualquier cosa para entretenerlo", explica.

Aunque se puede pensar que es muy poco el tiempo que se deja al pequeño al cuidado de otra persona, agrega, la verdad es que por desgracia bastan algunos segundos o minutos para que sucedan percances.

La asistente debe ser una persona a la que le tenga la confianza de dejar a sus hijos por unas horas, es decir, que la debe conocer de tiempo atrás, expresa.

"No puedo dejar a mi hijo con una persona que veo por vez primera. Es importante que mi hijo también sienta confianza hacia ella y se establezca un saludable vínculo afectivo, aparte de que inspire respeto y tenga valores".

El rango de edad ideal de la joven que cuidará a su hijo varía, pero a criterio de la psicóloga debe ser entre los 25 y 30 años.

La razón es porque antes de los 25 todavía tienen muchas curiosidades y son más inquietas, fácilmente se pueden pasar todo el tiempo hablando por teléfono sin poner atención al niño; y...

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