Arde Roma

AutorNoé Sotelo

Los antiguos romanos son recordados por el gran número de fiestas que celebraban, el culto a la buena vida y por venerar a Dionisio, el dios del vino. La colonia Roma también destaca en ello, lo que la hace perfecta para visitarla de noche.

Las reglas de un tour, como los que te proponemos, son sencillas: armarte de actitud y visitar con un grupo de amigos distintos bares en una sola noche, tomar una bebida por bar e ir de uno a otro caminando.

Te ofrecemos dos planes experimentados por nosotros: uno que no implica caminar mucho pero garantiza conocer algunos de los espacios de moda de Álvaro Obregón y sus alrededores; y otro más que descubre varios rincones cerca de la Glorieta de la Cibeles con propuestas atractivas para los noctámbulos con menos presupuesto.

Plan A: De un coctel al baile

La Roma está que arde, pero no la Roma que quemó Nerón, sino la colonia de la Ciudad que hoy es un referente de la vida nocturna por lugares de moda como el Hotel Brick o La Licorería Limantour y calles como Orizaba y Álvaro Obregón que reúnen distintos bares para todo gusto y presupuesto.

Por eso, destaca como una opción perfecta para realizar un bar crawl, que es una tradición londinense consistente en visitar varios bares en una sola noche caminando.

Tras dejar el auto en el estacionamiento de Chihuahua 127, que abre las 24 horas, partimos rumbo al Lilit para empezar la noche en un bar tranquilo y así, ir subiendo el tono conforme avanzara la noche.

Éste es un pequeño lugar con una singular carta. Las recomendaciones: la Conserva de Temporada, coctel de frutas con jugo japonés Calpis servido en un recipiente de vidrio de conservas; y el San Francisco Homeless (famoso porque lo tomó Quentin Tarantino cuando visito el bar) de vodka con cerveza lager y cítricos en una botella de plástico oculta debajo de una bolsa de papel.

Considerando el gasto en Lilit, la ruta siguió por un establecimiento con precios más accesibles: Lucille, donde la mejor elección es una cerveza Minerva oriunda de Guadalajara y una partida de billar.

Luego, nos dirigimos a Sobrinos para tomar un martini de manzana y una torta ahogada de pato (también hay pastas y hamburguesas) en la barra, con vista a la calle, para apreciar la actividad de la zona.

A unos pasos, está la Licorería Limantour que a poco más de seis meses de su apertura, está siempre llena. El motivo: su carta de bebidas es enorme y es preparada por bartenders expertos en mixología, el arte de mezclar bebidas.

Entre...

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