Argüelles es de retos

AutorAdrián Basilio

El mexicano Antonio Argüelles está construido de un material súper resistente y con una mentalidad a prueba de todo.

No sólo porque ha completado varios Ironman, corrido maratones, incursionado en el montañismo, todo esto, después de haber completado la Triple Corona de aguas abiertas por segunda vez en 2009.

Pero el agua, ésa que lo enamoró desde niño, lo hizo cómplice de una fractura por estrés de 25 centímetros en su pierna izquierda para luego volver en 2014.

Ese llamado se combinó también con el orgullo un tanto lastimado por su amiga Paty Kolman, quien le comentó del Reto de los Siete Mares, es decir nadar los siete Canales y Estrechos más importantes del mundo, pero que la comunidad internacional de nadadores dudaba que a su edad pudiera completarlo. Tenía entonces 55 años.

"Fue entonces cuando me propuse el Reto y así empecé a entrenar. Además había otro motivo adicional, pues hacía cinco años había sido nominado para el Salón de la Fama de Aguas Abiertas y pensé entonces que si lo completaba ahora sí entraría", expone Argüelles a CANCHA.

Al experimentado nadador le faltaba más de la mitad de la hazaña, pues ya tenía en su haber el nado a los Canales Catalina y De la Mancha, ambos en 2009. Faltaban los Estrechos de Gibraltar y Tsugaru, el Canal de Molokai, El Estrecho de Cook y el Canal del Norte, mismos que completó en ese orden entre 2015 y 2017.

El pasado 3 de agosto, Argüelles nadó el último tramo que le faltaba, el Canal del Norte, para convertirse en el primer mexicano y séptimo del mundo en completar el Reto, solo que con el plus de ser el de mayor edad en hacerlo, a los 58 años, ya que sus seis antecesores tienen en promedio 38 años de edad.

"Mi principal miedo de todo lo que hice fue el frío, porque no sabía como dominarlo, es un dolor si no logras bloquearlo, no puedes pelear con él durante 13 horas, como pasó en el Canal del Norte", confiesa.

"Soy muy respetuoso de la naturaleza, no hay que ser arrogante y por ello nunca trato de vencer al mar, no se trata de eso", asevera quien llegó a ser seleccionado nacional en natación.

Cada cruce le permitió madurar como nadador y persona y entonces sortear las olas de mejor manera. Sin embargo, su estancia en Japón, en 2015, para encarar el Estrecho de Tsugaru lo marcó.

"Fue una experiencia memorable hacer una incursión en la cultura japonesa, meditar dos veces al día, fue un cambio muy importante.... Dos horas antes de iniciar el cruce mi hija Ximena me escribió pasara lo que...

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