ArquiteXtos / ¿Supermuseo?

AutorVíctor Jiménez

Una importante colección de arte privada, la Gelman, tuvo dos destinos muy diferentes: la sección de pintura europea fue a un museo neoyorquino y la de arte mexicano se quedó aquí, pero bajo un status que refleja, de manera muy clara, una patente desconfianza en las instituciones culturales mexicanas.

De manera indebida, a mi parecer: no es la Gelman una colección más valiosa que las reunidas en el Museo Nacional de Antropología o el de Jalapa, para no mencionar sino dos instituciones mexicanas que se encuentran entre los museos más importantes del mundo. Los EU cuidan bien los museos a su cargo, desde luego (con alguna excepción, como el de Bagdad), pero es inaceptable que se considere, de manera denigratoria y autodenigratoria -algo muy cool en esta época infausta de México- que los museos de nuestro país están por definición mal cuidados.

Hubo instituciones mexicanas que se acercaron a los encargados de esta colección para ofrecer un espacio digno a la misma. Las condiciones testamentarias lo impedían y de repente se anunció que en el lugar en que estuvo el viejo hotel Casino de la Selva de Cuernavaca se haría un curioso conjunto de supermercado y museo para esta colección.

Ya que el esnobismo paradójico está de moda, no faltará quien diga que se trata de algo muy original y simpático. Pero el gusto por "lanzar paradojas para deslumbrar", decía Flaubert, termina por hacernos "perder la noción exacta de las cosas".

El doblemente azul gobernador local persiguió con tenacidad digna de mejor causa a los opositores de la instalación de la gran tienda, pero la presión de éstos consiguió finalmente la hechura de una réplica de la estructura de Félix Candela y el rescate de lo que quedaba de unos murales parcialmente destruidos. Los dueños de la tienda consideraron, en esta tónica, la posibilidad de financiar también la sede temporal de la colección Gelman para mejorar su imagen, dañada por el escándalo.

La reportera de Proceso Judith Tello describe así el que llama "museo Gelman": "un sobrio edificio de mil quinientos metros cuadrados, en dos niveles, cuyas paredes quedarán con el gris del concreto y en blanco los paneles donde colgarán las obras".

Debe decirse que hay un convenio para que la colección se aloje en este edificio por 15 años (algunas versiones mencionan menos), y esta provisionalidad podría ser la responsable de que el edificio sea tan discreto. Porque vencido el plazo podría terminar convertido en otra ala de la tienda: algún...

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