Acusan a partidos de arriesgar al IFE: Teme Meyer pérdida de autonomía

AutorSonia del Valle

La Cámara de Diputados jugó con la única institución creíble en el País, el IFE, y decidió un proceso de elección de los consejeros electorales manoseado y manejado por las oligarquías que viven de la política y no para la política, aseguró el politólogo Lorenzo Meyer.

"En el antiguo régimen se escondían muchas cosas; en este, aunque se quiera, ya no se pueden esconder. Estamos viendo la naturaleza real de los actores, mediocres, ignorantes, egoístas. No encuentro un buen adjetivo para calificarlos", dijo el investigador del Colegio de México.

El viernes pasado, el PRI y el PAN, impusieron su mayoría en la Cámara de Diputados y aprobaron una propuesta conjunta que definió a un nuevo Consejo General del IFE encabezado por el académico Luis Carlos Ugalde.

Los partidos políticos demostraron -dijo Meyer al respecto- que pensaron primero en sus intereses, antes que en los intereses del País.

"(Los partidos) han demostrado que son instituciones grotescas. ¿Dónde están las reformas, la reforma del Estado?. El País está paralizado y las oligarquías están metidas en sus propias broncas mientras Roma arde. Son políticos profesionales que viven de la política y no viven para la gran política".

Para el historiador, la repartición en cuotas de las propuestas para consejeros electorales demuestra que los partidos están pensando en el 2006, tras darse cuenta del poder que tiene el IFE.

Según Meyer, los partidos perdieron la inocencia que mostraron en 1996 cuando los diputados eligieron al consejo del IFE -que hasta ahora presidió José Woldenberg- sin percatarse del poder que tendría el organismo electoral.

"Se dieron cuenta los partidos que necesitan a una persona que no los multe y están con toda la malicia pensando en el 2006", sostuvo el investigador.

En 1996, señaló Meyer, cuando los diputados eligieron a los consejeros salientes, no se percataron de todo lo que implicaba el IFE.

"Entonces pensaron en alguien que fuera más o menos decente, que no fuera una vergüenza, y estaban conformes y a lo suyo, a sus verdaderos intereses, que era ver...

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