El Arte de ser liguriano

AutorCecilia Núñez

SANTIAGO DE CHILE.- Habrá que seguir el consejo de los locales, sobre todo cuando varios recomiendan el mismo sitio y se muestran tan entusiastas al hablar de él.

Un vistazo al interior del Liguria, ubicado en Avenida Providencia 1373, revela un salón amplio, de techos altos y amueblado con pesadas mesas de madera. La larga barra del bar, el ambiente bohemio y la luz tenue me remiten, de primera impresión, a una taberna española con toques de bistró francés y detalles de cafetería italiana.

Doy un paso adentro y todo cambia: la música del grupo chileno Los Tres sonando de fondo y paredes repletas de grabados de lira popular que solían ilustrar poemas del siglo 19 dotan al lugar de personalidad.

Si me acerco un poco, descubro que los muros siguen hablando por sí mismos con fotografías antiguas de familias de la mafia italiana, carteles de boxeadores presumiendo glorias del pasado, publicidad vintage, pinturas de personajes históricos y varias imágenes de Nuestra Señora del Carmen.

El paseo de reconocimiento se interrumpe cuando me invade la sensación de ser observada. La mirada proviene de un hombre vestido de negro que porta con cierto aire de orgullo un sombrero de gángster. Al principio no sonríe. Sabe que soy ajena al lugar, que no soy una de los llamados "ligurianos", los clientes frecuentes del bar.

La mirada inquisitiva de Alex Aguilera, conocido como el Guardián del Liguria, pronto se convierte en una amable plática, acompañada de una piscola (pisco con refresco de cola).

"El primer establecimiento abrió sus puertas en los años 50 bajo el nombre de Los Tres Mosqueteros. Ésta es la tercera generación de la familia Cicali, que mantiene vivo el imperio Liguria con tres locales del mismo nombre: éste, el pachanguero de la calle Manuel Montt; el elegante de la Luis Thayer Ojeda y el íntimo de la Pedro de Valdivia, sin contar el que abrirá en un par de años en el barrio de Lastarria", cuenta.

Un aire añejo envuelve a este bar a pesar de que el primer Liguria, llamado así en honor a la región del norte de Italia de donde proviene la familia Cicali, abrió en la década de los 90.

No me he encontrado con una sola persona que no hable maravillas de este sitio y su cocina (el espagueti con carne mechada, el lomo con champiñones, el sándwich...

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