El Arte de los cuerpos estáticos

AutorJulieta Riveroll

No se mueven, casi nunca hablan, parece que no hacen nada, pero se ganan la vida, se confrontan con el público y en ocasiones su oficio callejero los lleva a viajar por otros países.

Son las estatuas vivientes que, al igual que en algunas ciudades europeas, aparecen en las calles de la Ciudad de México para mimetizarse con el paisaje urbano y atraer la atención de los peatones hasta conseguir unas monedas.

Ataviados de diferentes maneras, a veces con la aplicación de técnicas teatrales o dancísticas, cada uno de los artistas le imprime un estilo particular a ese arte corporal estático que, según coinciden, les da para vivir, pagar sus estudios y conectarse con otros trabajos.

En plena acción contenida, la figura de yeso que con el rostro y la vestimenta uniforme remite a un personaje de época, fascina a los niños que tímidamente se acercan a dejar algunos pesos, y luego huyen con temor de que los vaya a alcanzar.

Es Gilberto González, bailarín y coreógrafo del grupo de danza Onírico, ganador en dos ocasiones del Premio INBA-UAM, a quien la calle le ha permitido tener un entrenamiento continuo, y se ha convertido en fuente de inspiración para su repertorio.

"No hay riqueza más grande para un artista que encontrar la respuesta inmediata de la gente en la calle, porque no existe la cortesía del teatro, en donde te quedas aunque la obra esté aburrida. Aquí, o atrapas a la gente o se va", comentó.

Una de sus recompensas en este oficio ha sido recorrer con sus caracterizaciones las islas griegas.

"Siempre he creído que quien domina la calle, domina todo", dice el joven becario del Fonca, quien ha recibido en su maletín, desde flores, cervezas, e incienso, hasta recados de mujeres, que enamoradas de su personaje, le sugieren un punto de encuentro.

La denominada "Estatuaria Móvil" es parte de la propuesta de Etienne Decroux, uno de los más grandes maestros de la mímica, quien hizo todo un estudio sobre las esculturas de Auguste Rodin, pues en ellas el cuerpo aparece en movimiento y resultan casi circulares, explica Ramón Solano, integrante del Circo Raus.

"La gramática corporal que propone Decroux pretende economizar movimientos, e implica un buen nivel de conciencia, es un trabajo de introspección", explicó el intérprete del mago Turpín en Erótica de Fin de Circo.

Para el estudiante de L'Ecole de Mime Corporel en Montreal, los cambios de posición que realiza la estatua deben ser casi imperceptibles para el espectador, pues la temporalidad al...

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