Un arte en expansión

AutorÁngel Villarino

El chino Zeng Fanzhi consiguió hace un par de meses un récord que probablemente durará poco. Uno de sus cuadros, Mask Series 1996 No. 6, una reflexión sobre la Revolución Cultural de Mao, se convirtió en la obra de arte asiático más cara del mundo, superando los 9.5 millones de dólares. Fue en la sede que la casa británica Christie's tiene en Hong Kong y el mazazo final de la subasta se celebró con champán y aplausos.

La escena, inédita hace tan sólo 20 años, empieza a ser habitual. El arte asiático vive un gigantesco boom, un auge parejo al de las economías orientales, que tiene deslumbrados a críticos y galeristas de todo el mundo.

"El arte asiático contemporáneo ofrece una refrescante perspectiva del mundo. Dado que hay una limitación evidente en las piezas del arte occidental, la gente está buscando coleccionar cosas novedosas y diferentes", explica Chen Shen Po, director de la feria de ARTSingapur, una de las más prestigiosas del entorno asiático. "Este contexto coincide con la apertura del mercado asiático y permite a los coleccionistas comprar a precios razonables piezas muy interesantes".

Entrevistado por un diario británico, un especialista de Sotheby's, Jonathan Crockett, definió la explosión asiática en pocas palabras: "Hace tan sólo cinco años, los trabajos de Yue Minjun podrían comprarse por menos de 10 mil dólares. Ahora cuestan millones. Y hace cinco años, muchos artistas asiáticos que hoy manejan coches deportivos iban por la ciudad en bicicleta y sobrevivían con trabajos que no tenían nada que ver con el arte".

La imagen puede aplicarse a artistas de todo el continente: la vietnamita Dinh Thi Tham Poong, los indios Baiju Parthan y Maqbool Fida Husain... El despegue del arte asiático contemporáneo hay que enmarcarlo en el contexto de los profundos cambios y del desarrollo económico acelerado que está viviendo el continente. Según los expertos, la constante renovación de sus temas, sus precios competitivos en un mercado en plena expansión, pero saturado de obras occidentales, y la eclosión del coleccionismo dentro del propio continente (sólo en China se calcula que hay alrededor de 350 mil millonarios, potenciales compradores) explican un despegue que está redefiniendo completamente el panorama artístico mundial.

"Hoy en día, el arte internacional no es el arte occidental, sino un arte que se extiende al mundo entero. La visión etnocéntrica de Occidente es una visión completamente en declive", explica Menene Gras Balaguer...

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