El arte que llegó de Rusia

AutorLourdes Zambrano

Fue el 25 de octubre de 1917, según el calendario juliano que regía a la Rusia de la época, cuando los bolcheviques tomaron el poder, iniciando la era comunista. Meses antes había sido derrocado el Zar Nicolás II.

La "madre de las revoluciones del siglo XX", como la llaman, influyó en todo el mundo, incluso en México, inmerso aún en su propia revolución.

En las artes, la gesta mexicana de siete años atrás se posicionó como tema central de carteles, grabados y, sobre todo, murales; además de permear en el programa político-educativo encabezado por José Vasconcelos, al frente de la Secretaría de Educación Pública.

Para el historiador Carlos Illades, académico de la UAM especializado en movimientos sociales, la influencia de la Revolución Rusa no fue tan radical, pero tampoco nula.

"La Revolución Rusa tiene un impacto muy importante en el imaginario político y cultural de los 20. En México, el muralismo es muy importante. La Revolución Rusa ayuda a leer, desde esa década, la Revolución Mexicana", reflexiona.

En realidad, en un país donde ya se estaban discutiendo temas como la reforma agraria, había poco que tomar del movimiento socialista, asegura Illades.

Pero los intelectuales mexicanos sí adoptaron los ideales de la Revolución de Octubre, no los campesinos o los obreros, considera Daniel Kent, académico del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM.

El modelo cultural-educativo de Anatoli Lunacharsky, en la ya Unión Soviética, influyó en el proyecto de Vasconcelos con miras a la construcción del Estado posrevolucionario, observa Alberto Híjar, crítico de arte que, por el contrario, entiende al comunismo como un gran ente que trastocaría a las artes y la cultura mexicanas.

En esa construcción de Vasconcelos, por ejemplo, asomaría la iniciativa muralística que quedaría impresa en decenas de edificios públicos, además de que promovería la circulación de obras clásicas de la literatura e impulsaría asambleas cívicas en las escuelas.

Híjar no duda: la Revolución Rusa fue una gran influencia para las manifestaciones artísticas.

Luego del sexto Congreso de la Internacional Comunista, realizado en Moscú en 1928, se creó, por ejemplo, la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios en México, la LEAR.

Su primer presidente fue el grabador Leopoldo Méndez, en cuya casa se fundó la asociación, en 1933.

Los artistas plásticos Pablo O'Higgins y Alfredo Zalce, el museógrafo Fernando Gamboa, el escritor Juan de la Cabada y la diseñadora Clara...

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