Arte mexicano, a bajos precios

AutorVirginia Bautista

Un óleo del mexicano Rufino Tamayo (1899-1991), pilar de la Escuela Oaxaqueña de Pintura, se acaba de vender en 1 millón 188 mil dólares; mientras que una obra del expresionista estadounidense Mark Rothko (1903-1970) se subastó en 17 millones 300 mil dólares.

La casa de subastas Christie's apostó por Claustrofobia (1954) de Tamayo y lo convirtió en la estrella de su primera venta de arte latinoamericano en París, el pasado 10 de junio; al tiempo que su rival Sotheby's sorprendió en Nueva York, el 10 de noviembre, con el precio récord alcanzado por Rothko con No. 6 (Yellow, White, Blue Over Yellow on Gray), pintada el mismo año.

Este es un ejemplo claro, afirma el subastador Rafael Matos, cuya casa de remates funciona en el País desde hace 20 años, de que, salvo algunas piezas importantes, no le va bien al arte mexicano en el mercado mundial.

"Aún posee precios muy bajos. Si comparamos la cotización del Tamayo con la del Rothko, estamos hablando de 17 veces menos. Y no hay una justificación para ello, cuando menos artística o de calidad.

"Falta que se valore más nuestro arte. Ese es el verdadero reto. Tamayo debe estar arriba de un Rothko, lo digo con toda conciencia y conocimiento de los aportes de ambos; pero también en este terreno sufrimos el tercermundismo", agrega.

Por esta razón, Matos recomienda tomar "con mucha cautela" el llamado repunte que el mercado de arte latinoamericano, y en especial el mexicano, ha experimentado del 2000 a la fecha, detonado por la venta en aquel año de Autorretrato (1929) de Frida Kahlo en 5 millones 100 mil dólares (Sotheby's), lo que la convirtió en la obra latinoamericana subastada a mejor precio.

Luis López Morton, dueño de la casa de subastas mexicana más activa, abierta en 1988, también toma con reserva el reciente interés de los coleccionistas por los maestros del arte nacional; a pesar de que dos mexicanos alcanzaron precios récord en la subasta que hizo Christie's en Francia.

En la citada venta, La cantina, de José Clemente Orozco, se cotizó en 996 mil dólares, un récord mundial para una obra en caballete del muralista; y también rompió marca El mago, de Francisco Toledo, que se remató esa misma noche en 557 mil dólares.

"No siento que el mercado de arte internacional se haya destapado, y menos el latinoamericano. Se han obtenido precios récords importantes en impresionismo y arte moderno. Es un buen momento, pero para ciertas piezas. No más", explica.

Ana Yturbe de Sepúlveda, representante de...

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