'Asalta' el fin a Sabato

AutorOscar Cid de León, Alberto Armendáriz y con información de María Elena Esparza

RÍO DE JANEIRO.- "Quiero que me recuerden como un buen vecino, aunque a veces cascarrabias", pidió Ernesto Sabato antes de partir, ayer en Buenos Aires, a los 99 años. Lo asaltó una bronquitis aguda cuando estaba por cumplir los 100.

Se trataba del escritor vivo más importante de Argentina.

El autor del El túnel, un clásico latinoamericano, dispuso antes de morir, según su hijo, el cineasta Mario Mario, que fuera velado en el barrio bonaerense de Santos Lugares, en el Club Defensores, donde solía jugar dominó. Quería que le acompañarán sus vecinos en "el viaje final".

Al sitio fue enviada una corona de flores en nombre de la Presidenta Cristina Fernández.

Dedicaba su tiempo a pintar, una de sus pasiones, pues la escritura, por indicaciones médicas derivadas de problemas oculares, le había sido prohibida.

No podía tampoco recibir emociones fuertes. Se decía que, por ello, el Premio Nobel de Literatura nunca le llegaría.

Además de El túnel, alabada por existencialistas como Thomas Mann y Albert Camus, y protagonizada por Juan Pablo Castel, "el pintor que mató a María Iribarne", escribió otras dos novelas: Abaddón, el exterminador y Sobre héroes y tumbas, más decenas de obras ensayísticas sobre la condición humana.

"Fue uno de los autores que mejor manejaba el tema de la locura, los límites. Era un autor de límites", recordó el escritor Ignacio Solares.

Argentina lloraba ayer a su escritor. "Sé que todos ustedes comparten la tristeza que sentimos en la familia", dijo ante la prensa el hijo del autor. "Mi padre no nos pertenecía sólo a nosotros, con orgullo y alegría sabemos que lo compartimos con muchos".

Fue el décimo de 11 hijos, nacido el 24 de junio de 1911, en Rojas. Debe su nombre a "Ernestito", hermano fallecido antes de que él naciera.

En 1933 fue elegido Secretario General de la Federación Juvenil Comunista, época en que conoció a Matilde Kusminsky, la mujer de su vida. Tras su muerte, en 1998, comenzaría a escribir sus memorias: Antes del fin.

El Nobel José Saramago le admiraba. "Quizá no se encuentre situación tan dramática como la tuya, la de alguien que, siendo tan humano, se niega a absolver a su propia especie, alguien que a sí mismo no se perdonará nunca su condición de hombre", le dijo el portugués en 2004 durante un homenaje que le rindió en el Tercer Congreso de la Lengua Española. Aquella tarde, el argentino lloró.

Saramago se refería a su faceta como activista.

Tras haber apoyado en 1976 el golpe militar que implantó la...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR