Un autor exiliado

AutorErika P. Bucio

Sentado frente a un largo tablón, parte del escaso menaje de su casa, a modo con su vivir austero, Mario Bellatin se asume un exiliado de sí mismo. Lo es desde niño, cuando se apoderó de él la escritura y consiguió, a sus 10 años, su primer libro. "Desde esa época, hay como una suerte de exilio de uno mismo porque todas las decisiones de vida las he tomado a partir de la escritura".

Escribía horas y horas, sin interlocutor ni razón de ser, sin comer. Una vorágine que presagiaba su destrucción. Logró parar. Fue la época de Efecto invernadero, creía que necesitaba de 250 páginas más para terminarlo. Un libro de laboratorio para hallar un lenguaje propio. Se publicó solo con 50 páginas.

"Desde entonces creo mucho en la edición", dice. Una herencia de su formación cinematográfica en Cuba. Y como prueba están las tijeras sobre la mesa donde se reúne a trabajar en la...

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