La aventura de la imaginación

AutorMario Acha

En el país de la simulación y del juego de apariencias, yo hago como que te enseño y tú, como que aprendes; consecuentemente años después, tú haces como que trabajas y yo, como que te pago. Así se resume la situación de la educación y sus consecuencias laborales en el México actual.

Mientras tanto, los jóvenes no se quedan con los brazos cruzados, ellos, nos guste o no, encuentran sus propias respuestas y optan por simplificar las cosas: se colocan una máscara melancólica y se convierten en emos; visten de negro, se maquillan y se transforman en góticos los fines de semana; venden fayuca y discos piratas en tianguis de la periferia; consiguen dinero fácil, lujo, drogas y armas y se transforman en "buchones alterados". Cadáveres tirados en carreteras, cabezas colgadas en puentes, matanzas en fiestas quinceañeras y centros de rehabilitación. Me pregunto si los altos índices de criminalidad, informalidad y violencia que tiene actualmente el País tendrán algo que ver con la calidad de la educación.

Jóvenes de ambos sexos se sienten atraídos por el dinero fácil del mundo del espectáculo y del narcotráfico que hoy por hoy representa no sólo ascenso económico, sino también, poder, trascendencia y fama.

Estamos perdiendo la capacidad para hacer bien las cosas, para tener iniciativas e innovar en este extraño mundo que nos ha tocado vivir.

Hace años que escuchamos que la calidad educativa en México es deficiente y nadie parece encontrar una solución. Se dice mucho y se confunden problemas diferentes: la complejidad burocrática, sindical y laboral de los maestros, en las que se mueven claramente intereses políticos ajenos a la pedagogía; las condiciones de la infraestructura escolar, producto de la pobreza de algunas zonas del País y botín apetecible de proveedoras y constructoras atentas a la mínima posibilidad de corrupción; y la mala calidad educativa que se menciona toda vez que las organizaciones internacionales realizan algún tipo de evaluación, de la que por supuesto siempre salimos mal parados y con resultados vergonzosos, a pesar de las promesas institucionales de los años anteriores.

¿Qué es lo qué está pasando? Nadie parece dar en el clavo. La tarea no es fácil y no pretendo darle solución, tan sólo quiero llamar la atención sobre algunos aspectos de la educación.

La lógica que se aplica para enfrentar este tipo de problemas ha sido colateral, nunca se toma al toro por las astas, ni se va al meollo del asunto. Cada vez que alguien con peso...

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