Azota indignación y hartazgo a Haití

AutorEstefania Escobar

Una economía en bancarrota y una cuarta parte de los ciudadanos en pobreza extrema es el panorama que enfrenta Haití, el país más pobre de América y que hoy conmemora los 10 años del terremoto que cobró la vida de 316 mil personas.

Por 18 meses, miles de personas han salido a las calles de la isla a protestar contra la desigualdad social y económica que ha privado de los servicios más básicos a la mayoría de la población, así como contra los escándalos de corrupción que han salpicado al Presidente Jovenel Moïse.

"Los haitianos protestan por varias cosas: quieren mejores condiciones de vida, quieren ser mejor gobernados, protestan contra la corrupción y contra un cambio de sistema donde haya menos desigualdades", señaló en entrevista con REFORMA Robens Andrecy, economista agrónomo haitiano.

"(Los manifestantes son) en su mayoría jóvenes y sectores de la sociedad civil que están cansados de vivir en un país en el que el Estado y las instituciones actúan en contra de su bienestar (y) donde los funcionarios del Gobierno están corrompidos", agregó, por su parte, Vélina Charlier, miembro de la organización Nou Pap Dòmi en la isla.

La activista explicó que en Haití, además de la economía en quiebra, y los altos índices de pobreza extrema y desempleo, 6 millones de personas viven con apenas 2 dólares por día.

"Las condiciones de vida son desastrosas. La mayoría de la población no tiene acceso a las necesidades básicas de agua, vivienda, electricidad, hospitales y escuelas y el Gobierno ha fallado en proporcionar estos servicios, mientras que los funcionarios están dilapidando los fondos públicos y enriqueciéndose cada día más", enfatizó.

De acuerdo con Andrecy, las movilizaciones se agravaron desde julio de 2018, cuando el Gobierno adquirió un compromiso económico con el Fondo Monetario Internacional, que terminó de pegar al bolsillo de las clases más pobres.

Dicho compromiso llevó al aumento del 50 por ciento de la gasolina, lo que provocó el estallido social en las calles, entre bloqueos, marchas y saqueos, que incluso desembocó en la renuncia del Primer Ministro.

Meses después, una investigación encontró diversas irregularidades sobre el uso que se le dio al fondo de Petrocaribe, una estratégica alianza con Venezuela que consistía en que el país sudamericano prestara petróleo a la nación caribeña con el fin de que el dinero ahorrado fuera invertido en obras de infraestructura, así como en proyectos económicos y sociales.

Sin embargo, hasta...

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