Todo Futbol/ Azul

AutorRaúl Orvañanos

"Después de la tormenta llega la calma", una calma futbolística de por lo menos esta semana, algo que le urgía al Cruz Azul que ganó el partido más inesperado, el de mayor presión y el que necesitaba ganar. Para lograrlo apareció un puñado de jóvenes con un exceso de colesterol, ese mismo que hace un buen rato no aparecía en este equipo.

Más allá de saber en realidad, de a quién le asiste la razón en torno a la rescisión de contratos de un equipo como Cruz Azul, pero ateniéndonos a la premisa de que "la voz del pueblo es la voz de Dios" tendremos que concluir que la afición le dio una absoluta y rotunda muestra de apoyo a la directiva.

Nos llamó la atención ver tantas muestras de "respaldo" para con los futbolistas, que aparecieron en todos los estadios enmarcadas en mantas, mandadas hacer por docena. El sentido de solidaridad en nuestro futbol y con los jugadores ha sido lamentablemente inexistente, no de ahora si no de toda la vida. La solidaridad es mucho más que una leyenda. Esas mantas de supuesto apoyo, más que un símbolo de solidaridad, tuvo para mí la misma interpretación que se le puede dar a una esquela.

Hoy los jugadores son víctimas como muchos otros pero no de alguna decisión visceral de su directiva, sino de su sus propios errores, de su apatía, de su incapacidad para organizarse como medio, ni asumir que un contrato conlleva obligaciones en ambas partes. Lo que debe aplaudirse es el hecho de que el presidente del equipo Billy Alvarez diera la cara, ya que uno podrá estar de acuerdo o no...

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