Bótox, más allá de las arrugas

AutorLuis Vilchis

Imagina, vas caminando por el centro comercial y, repentinamente, tus párpados se cierran. De inmediato te detienes y, por más que tratas, es imposible abrir los ojos. Funcionalmente estás a ciegas.

La desesperación comienza a apoderarse de ti, estás inmóvil, no sabes que la resequedad ocular de los últimos días, los tics en los párpados y la fotosensibilidad eran síntomas de lo que te impide ver: un blefaroespasmo.

Se trata de una anomalía en la función de los músculos que controlan los párpados, pues ocasionalmente se contraen de forma involuntaria.

De manera que, padecer esta enfermedad de causa desconocida es un problema capaz de impedir el desarrollo cotidiano de la vida de las personas, pues al cocinar, caminar, leer o conducir, los párpados podrían cerrarse por minutos o, incluso, por horas.

Lo curioso es que, así como las personas que buscan desvanecer sus gesticulaciones y por consiguiente sus arrugas, quien padece de blefaroespasmos podría acudir con un especialista y encontrar la solución en un tratamiento donde se emplea la toxina botulínica, el bótox.

Ceguera funcional

Una persona que padece de blefaroespasmos no necesariamente sufrió de síntomas que indiquen un problema mayor, aunque, en ocasiones, la enfermedad viene precedida por irritación ocular, sensibilidad a la luz y un incremento gradual en el número de parpadeos.

Algunos factores que podrían disparar los espasmos son el estrés, la cantidad de luz y la lectura, pero también el presentar cuadros de blefaritis, conjuntivitis e iritis, entre otros males.

De no tratarse el problema, la contracción de los párpados se incrementará hasta impedir a la persona realizar sus actividades.

Este padecimiento se presenta después de los 50 años y tres de cada cuatro personas con el problema son mujeres, además, por las características de la enfermedad, no es raro que el diagnóstico se presente con 10 años de retraso.

Recobrar la visibilidad

Existen varios procedimientos que pueden ayudar a combatir el problema, entre ellos medicamentos y cirugías, pero el más efectivo es el que emplea la toxina botulínica.

Y es que los músculos del cuerpo requieren de un neurotransmisor llamado acetilcolina para poder contraerse, y éste...

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