Bálsamo artístico

AutorAntonio Bertrán

Como artes aliadas, la pintura y la escultura han estado tradicionalmente presentes en las obras arquitectónicas de carácter hospitalario. Fueron acopladas desde finales de los años 1920 de manera señalada por el arquitecto Carlos Obregón Santacilia en el primer edificio emblemático relacionado con el sector: la sede de la Secretaría de Salubridad e Higiene, hoy Secretaría de Salud, donde hasta la fecha despacha su titular.

Obregón Santacilia fue un apasionado de la llamada integración plástica en la arquitectura, y con esta obra inaugural marcó una tendencia que sus colegas y los funcionarios de Salud han continuado por décadas en diversos inmuebles con artistas tan destacados como Diego Rivera que, al incorporar principalmente murales, buscaban elevar el valor estético del espacio, no necesariamente para el disfrute y como posible "bálsamo visual" de los pacientes que a diario reciben. Aquí cuatro ejemplos.

'Desastre' de Rivera en la Sede de Lieja

"Horripilantes figuras", fue como Carlos Obregón Santacilia calificó las mujeres que Diego Rivera pintó en el plafón de la sala de juntas de la antigua Secretaría de Salubridad e Higiene, que el célebre arquitecto diseñó y fue inaugurada por el Presidente Emilio Portes Gil el 20 de noviembre de 1929.

En una entrevista publicada por María Luisa Adame el domingo 16 de octubre de 1955 en México en la Cultura, el también autor del Banco de México, declaró: "Al terminar el edificio de la Secretaría de Salubridad y Asistencia, pensé que era necesario que en el plafón del salón de juntas hubiera unas figuras de Diego Rivera, y este pintor sin fijarse ni en las escalas ni las proporciones, pintó gigantescas y horripilantes figuras que empequeñecieron el salón que tenía proporciones agradables".

Hoy, esas dos largas figuras femeninas símbolo de la salud, junto con otras cuatro de menor tamaño que representan la fortaleza, la ciencia, la continencia y la pureza, son consideradas uno de los grandes patrimonios artísticos que resguarda la Secretaría. Con la perspectiva que da el paso de las décadas, el especialista en arquitectura Víctor Jiménez ha asegurado que le otorgan "una importancia monumental" a la sala.

Rivera también ejecutó para el edificio de la hoy calle Lieja, que fue construido en los amplios terrenos del llamado Parque de la Luna colindante con el Bosque de Chapultepec, dos frescos más modestos en el área de laboratorios -unas manos apresando células y bacterias-, así como cuatro coloridos vitrales que enriquecen sus escaleras laterales.

El tema de dichos vitrales -los cuatro elementos: tierra, fuego, aire y agua- fue establecido expresamente por Obregón Santacilia, quien sí quedó...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR