Beewoman la protectora de abejas

AutorYanireth Israde

Un enjambre de abejas suele entenderse como una amenaza, y la reacción es llamar a los bomberos para su retiro.

Pero, en lugar de exterminar a estos insectos, la médica veterinaria Adriana Peña Véliz propone rescatarlos como parte de una campaña que busca transformar la relación de la sociedad con estos himenópteros en peligro de extinción.

Su desaparición afectaría sobremanera a la humanidad: 70 por ciento de los frutos y verduras que consumimos son polinizados por las abejas, y de ellas depende también el 30 por ciento de forrajes que alimentan a los animales proveedores de carne, explica la especialista.

"Si empiezan a desaparecer", advierte, "habrá déficit de alimentos y un desequilibrio ecológico importante".

Se calcula que en el mundo hay una reducción en la población de abejas de 30 por ciento, indica.

En México, la costumbre de recurrir a los bomberos para deshacerse de ellas se remonta a los años 80 del siglo pasado, cuando las abejas africanas se dispersaron en territorio nacional, procedentes de Brasil, refiere Peña Veliz.

"Aparte de que los volúmenes que tienen son mucho mayores a nivel de población, las africanas llegan a ser más defensivas; atacan para defender su colmena más que las europeas, que son las que teníamos en México", expone la ex coordinadora del Programa Nacional para el Control de la Abeja Africana en el Distrito Federal de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa).

Atacaron, sin embargo, no sólo a las africanas, sino todo tipo de abejas, medida que pretendió revertir Peña Véliz desde la Sagarpa con un protocolo para rescatar las que fueran viables y donarlas a los apicultores.

Ya fuera de la dependencia gubernamental -donde el programa desapareció-, la veterinaria continúa con los rescates, ahora desde la empresa Abeja Negra S.O.S, que fundó también un apiario.

Para sostener la empresa heroica que encabeza impulsa el programa "Guardianes de la colmena", con personas que asumen una especie de padrinazgo mediante la aportación de mil 500 pesos al año y, durante la cosecha de miel, reciben productos elaborados con ella.

Los guardianes pueden visitar las colmenas que apadrinan y hasta verificar el desarrollo al interior de éstas, asegura.

"Y así aportan para que mantengamos más abejas; el tema no nada más es rescatarlas, sino crecer nuestros apiarios, porque las abejas están muriendo y los apicultores ya somos como súper héroes".

Como todo acto de aspiración heroica...

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