Bernardo Sepúlveda Amor / Nelson Mandela: el triunfo del preso 466 / 64

AutorBernardo Sepúlveda Amor

Nelson Mandela pertenece a la rara y selecta estirpe de los grandes estadistas del siglo XX. Por su ética social y por sus convicciones políticas logró instaurar, en África del Sur, un sistema democrático multirracial en donde antes existía un régimen de opresión. Por su ascendiente moral, por su genio negociador y por su capacidad de persuasión, logró implantar un mecanismo de reconciliación nacional, en donde antes una minoría blanca reprimía y privaba de sus legítimos derechos a una mayoría negra.

Mandela logró la hazaña suprema de unir a una nación dividida en sus entrañas, apelando al imperativo de cimentar a una comunidad de intereses humanitarios que adhiriera y congregara a la sociedad sudafricana. Mandela destacó que el apartheid no solo negaba al oprimido; también deshumanizaba al opresor. El perdón y no la venganza, la reconciliación y no el castigo y el odio, fueron para Mandela las formulas para lograr que una sociedad sudafricana co-existiera en paz.

La gran virtud de Nelson Mandela fue desmantelar, por la vía pacífica, mediante las artes de la negociación, el sistema del apartheid, política de Estado impuesta por el Partido Nacional de África del Sur, que a partir de 1948 promulgó una legislación radical destinada a segregar y discriminar a las razas negras, mulatas y mestizas de la nación africana.

Desde un principio, Mandela, junto con el African National Congress (ANC), repudió tajantemente la institucionalización del apartheid. No aceptó la segregación de razas en áreas públicas. Se opuso a la imposición de diferentes estándares educativos para cada raza. Objetó que los trabajadores negros tuviesen restricciones para obtener cierto tipo de empleos o que se les prohibiese sindicalizarse. Luchó en contra de que se proscribiera la participación de la población negra en el gobierno nacional. Abogó en contra del establecimiento de los bantustanes, reservas territoriales destinadas a separar y acorralar, por tribus, a la población negra, privándola de sus derechos políticos nacionales.

Para Mandela y el African National Congress la situación se tornó explosiva. Las medidas de segregación racial y de discriminación política y económica dieron origen, en 1961, a un movimiento de protesta en África del Sur, con boicots y huelgas generalizadas. Para 1962, esos movimientos se radicalizaron en el seno del ANC y su liderazgo adoptó la lucha armada como método para lograr el cambio político. Derrotados, los dirigentes del ANC fueron...

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