La biblioteca anarquista

AutorAndro Aguilar

Jorge es un estudiante de filosofía que llevaba varios días buscando La Pornocracia, escrito en 1875 por Pierre-Joseph Proudhon, uno de los teóricos clásicos del anarquismo.

Comenzó su búsqueda en internet, en una página de Facebook que concentra literatura anarquista en formato PDF; pero no tuvo éxito.

En ese mismo portal alguien le habló de una "mítica biblioteca", con un gran acervo de este tipo de documentos.

Jorge siguió la pista de aquel lugar un sábado en el tianguis cultural del Chopo, donde le dijeron que quizá podría hallar más información. Y así fue: ahí se enteró de que la Biblioteca Social Reconstruir, un lugar fundado en 1978 que ha tenido al menos tres sedes distintas en la

Ciudad de México, reabriría sus puertas el 17 de enero, tras casi cinco años de permanecer cerrada.

El lugar resguarda un ejemplar del libro de Proudhon que buscaba el joven, editado en Barcelona en 1892, junto con más de mil libros sobre anarquismo.

Sobre la fachada negra de la Biblioteca Social Reconstruir fue pintado en una frase el espíritu del mayor centro de documentación especializado en anarquismo en México: "libertad y no violencia".

Es el lema de su fundador, Ricardo Mestre Ventura, catalán exiliado en este país desde 1940, poco después del inicio de la dictadura de Francisco Franco en España.

El recinto, administrado por anarquistas, busca promover la autoeducación a través de su material bibliográfico.

En la primera de dos habitaciones, con dos mesas de madera unidas que usan los lectores, destacan dos retratos de Ricardo Mestre durante su juventud, uno fotográfico y otro delineado con tinta. Debajo

de ellos, las cajas de cartón evidencian la reciente mudanza en el lugar, reabierto a más de 30 años de su fundación.

Después de cruzar la puerta, en el muro derecho de color beige, debajo de un reconocimiento que recibió la biblioteca por solidarizarse con un sindicato de impresores durante una huelga de seis años, hay otro retrato de Mestre, tomado el día que cumplió 90 años de edad.

Esa fotografía fue llevada por el escritor y ensayista mexicano Gabriel Zaid, con quien el español mantuvo una estrecha relación hasta su muerte, ocurrida

en 1997.

Zaid es uno de los estudiosos que de manera regular acudían a la sede original de la biblioteca, en la calle Morelos del Centro.

Además de Zaid, entre otros intelectuales que se reunían con Mestre para conversar de diversos temas estaban Enrique Krauze, Carlos Monsiváis, Adolfo Castañón y José Luis Rivas.

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