Una niña bien... mala / Anotando en el Super Bowl

AutorMilah

Como ya les he platicado, no soy muy fan del futbol ni de ninguno de los deportes con los que los hombres viven obsesionados los fines de semana.

La verdad es que para deportes de impacto, prefiero impactar otras cosas. Jajaja.

Únicamente veo los partidos cuando hay algo interesante de por medio, así que, en un arranque de locura, me conseguí un experto en el tema muy apetecible y junto con él sintonicé el primer partido del Super Bowl que contaría con un espectacular show de Madona, en el medio tiempo.

Como era de esperarse, el susodicho pasó los primeros minutos intentando avanzar algunas yardas antes de que comenzara el juego y, entre cachondeo y cachondeo, debo confesar que su ofensiva ganó y logró quitar mi atención del evento para concentrarme en aquel juego que apenas comenzaba. Y es que, cómo negarme a esos labios mordibles y esas manos mágicas que lograron hacer que mi piel se enchinara de la excitación. El tan solo sentir sus dedos jugueteando dentro de mis shorts hicieron que comenzara a mojarme poco a poco.

Con lo que nunca contó el susodicho fue con que yo, ya mega caliente, no me iba a quedar así como así esperando a que llegara el medio tiempo para continuar con el cachondeo, así que, mi ofensiva tenía que vencer a su defense hasta lograr hacer uso de todas mis artimañas.

Tenía muy claro que hablando no lograría nada, ya que los hombres comienzan a escuchar "bla, bla, bla" desde el primer minuto en que comienza algo que acapara su atención -dígase deportes, coches, alcohol, amigos, mujeres-, así que comencé a darle un mejor uso a mi boca escaneando absolutamente tooodo su cuerpo, de cabeza a...cabeza, con el resultado esperado.

-Ups, perdón, te dejo ver el juego.

-Ah no, ahora terminas lo que empezaste.

Sin querer lo tenía donde quería. Yo moría por echar un polvo justo ahí, en ese sillón donde tantos y tantos juegos y eventos habíamos contemplado sin que nada hubiera pasado hasta entonces, así que mi boquita continuó con lo que ya había iniciado hasta lograr tener toda su atención sobre mí; sin embargo, me había llevado tanto que ya estaba por comenzar el medio tiempo.

-Espera, tranquilo que tenemos horas, déjame ver a Madonna.

-Sí claro, como tú me dejaste ver el juego ¿no? ¡Ven para acá!

Obvio él quería sacar provecho de lo más que pudiera antes de que comenzara el partido nuevamente, así que mi defensiva se fue minando conforme pasaban los minutos y nos acercábamos más al final del show y, entre forcejeo y forcejeo...

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