Ni blanco, ni tinto... ¡naranja!

AutorManuel Negrete

El mundo del vino suma cada vez más adeptos; los productores, a su vez, compiten de manera más intensa por ganarse un lugar en el corazón de los consumidores.

Blancos, rosados y tintos, ya sean tranquilos o espumosos, son los vinos más tradicionales; sin embargo, existen otros menos comunes, como el vino amarillo o el naranja, que es hoy el que nos atañe.

El vino naranja se hace con uvas blancas, pero se produce del mismo modo que un tinto: en vez de prensar y separar el jugo inmediatamente -como sucede con la mayoría de los blancos-, el mosto se estaciona con la piel de las uvas por un tiempo, normalmente en depósitos de concreto o acero.

Este tipo de vinificación y su posterior crianza en barricas resulta en vinos cuya gama de color va del anaranjado tenue hasta tonos marrón similares a los del coñac.

La creciente búsqueda de productos más orgánicos y con menos intervención química abre paso a este tipo de vinos, que normalmente tienen poco o nada de aditivos; en ocasiones, ni siquiera añaden levadura, y ni hablar de sulfitos para incrementar su vida de anaquel.

El término "orange wine" (vino naranja) fue acotado por el inglés David Harvey.

Aunque estos vinos han resurgido en los últimos 20 años, su método data de la génesis del fermentado de uva, hace varios cientos de años, cuando en Georgia lo típico era elaborar blancos de esta manera y criarlos en ánforas llamadas "qvevri".

Estos blancos macerados no son exclusivos de una región ni están enfocados en apenas algunas variedades de uva, su producción no respeta fronteras y varias casas alrededor del mundo -desde Argentina y Estados Unidos, hasta Nueva Zelanda, Italia, Croacia e incluso México-, se dan el gusto de elaborarlos.

Los vinos naranjas suelen tener notas de avellana, manzana hervida, aceite de linaza, barniz de madera, enebro, cáscara de naranja amarga y miel; en boca son robustos, densos y con una ligera sensación de tanino, similar a la que podríamos encontrar en una cerveza de frutas.

¡A probar!

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