'Blindan' a la Mega contra inundaciones
| Autor | Julieta Riveroll |
Las obras que el diseño arquitectónico de Alberto Kalach no contempló para evitar la entrada de agua a la Biblioteca Vasconcelos y dar mayor seguridad al edificio están por concluir.
A una semana de su entrega definitiva al Conaculta, Gustavo Reynoso, subgerente de costos y presupuesto del Instituto Nacional para la Infraestructura Física Educativa (INIFED), aseguró que el edificio está "blindado" contra goteras.
"En realidad nos dedicamos a completar trabajos no contratados. Este año tuvimos 17. 7 millones de pesos para aspectos de seguridad e impermeabilizaciones y sellados", explicó Reynoso.
Fue necesario sellar el piso de mármol de los patios y terrazas, las juntas de la cancelería y el concreto de las fachadas, así como los orificios en las paredes de concreto (chivoles). Además, se hicieron rendijas en la parte exterior para recolectar el agua de lluvia e impedir que entre a la biblioteca y se impermeabilizó la azotea, aunque todavía está pendiente el acabado final.
"Son aspectos críticos porque cuando llueve un poco horizontal el agua tiende a meterse a la biblioteca por las puertas. Se hicieron una serie de obras que no estaban contempladas en el proyecto", añadió el ingeniero civil.
Entre las adecuaciones, el funcionario destacó el reforzamiento del sistema contra incendios, para lo cual fue indispensable sellar el u-glass (vidrio) de los cubos de las escaleras, pues la ventilación que había entre un vidrio y otro dificultaba la detección de humo en caso de accidente.
"Dentro de los cubos de escalera hay cuartos donde tenemos equipos, y nos pidieron que se sellaran bien esos u-glasses para que no se fugara el humo".
La instalación de barandales dentro del área de oficinas, en algunos cubos de escaleras y en las terrazas que dan al jardín, según Reynoso, también brindarán seguridad al usuario.
"Fue todo un reto, no es lo mismo construir que reconstruir. Hay que hacer trabajitos para arreglar los detalles que se van encontrando y no acaba uno nunca. Es mucho desgaste, hay que buscar quién lo hace y con qué recursos se hace. Estábamos en el ojo de todo mundo, con los jefes presionando para que esto se acabara lo más rápido posible y ya estamos a punto (de terminar)", opinó.
Al hacer un recorrido ayer por las instalaciones no había goteras, ni pisos o puertas con cristales rotos a la vista. Era notorio el avance en el auditorio, donde la madera que se levantó a causa de la inundación de aguas negras, ocurrida en abril del 2007, ya está...
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba