En boca cerrada

AutorClaudia de Icaza

¡HOUSTON, LA PERDIMOS!

Hoy toca hablar de un personaje que desde hace años se coló en el medio del espectáculo -carente de talento, pero muy astuta como para lograr hacerse famosilla por sus escándalos-, Sabrina Sabrock. De quien no comentaré de lo exitosa que es como profesional, hasta que yo logre entender de qué trata su "arte" Y aunque sus desfiguros venden en sus shows sadomasoquistas, que ni me inmutan ni me alarman, siento miedo y terror de sólo repasar sus recientes declaraciones en una entrevista con Shanik Berman. Acusar a su ex pareja de pederasta, versión que según ella, "le llegó de varias mamás de chavitas quejándose de eso, pero que, en su momento, no dijo nada porque es el padre de su pequeña", me parece patético.

Siendo madre de la pequeña ¿qué le impide salir corriendo para rescatarla de un peligro inminente? Miente por joder -su especialidad-. Y aún dándole el beneficio de la duda, en caso de que fuera verdad y no una más de esas sucias tretas que se le conocen para atentar contra la reputación de sus detractores, si el padre, según ella, "es un violador en potencia", ella por consecuencia terminará siendo acusada como cómplice de un delito por no denunciarlo ante las autoridades.

A mí sí me indigna como madre y como mujer que su mayor preocupación sea lo de la pensión que le tiene que pasar a su ex pareja cada mes. A la pregunta "¿crees que viole a tu hija?", la argentina se concretó a decir que "no lo sabe porque no se la deja ver". ¿Qué madre, responde así cuando se le cuestiona algo tan grave? Sólo aquellas que carecen de neuronas, que viven por ellas y para ellas, frías, egoístas y desnaturalizadas, aunque la palabra no alcance a definir todo el horror que ella, en lo particular, proyecta.

Si he de ser...

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