EN BOCA CERRADA... / Prospecto de cantante o de puerquito

AutorClaudia de Icaza

¿Quién es en realidad Luis Armando, alias Paolo Botti? ¿Un "gran estratega", como dice el director de La Academia, o un pobre idiota al que ya se agarraron de su puerquito? Saque usted sus propias conclusiones.

Es un muchacho de origen humilde y de una ingenuidad que espanta. Silvestre y sin el menor roce social; con alma de cantante, pero sin facultades vocales.

Dueño, eso sí, de un gran carisma, buena actitud y disposición. Con eso se ha robado el corazón del público y también por ello lo han querido mantener en la contienda los que conocen del negocio. ¿De la música? ¿O del juego sucio y barato?

Eva Borja, la productora, apostó al personaje mediático que podía convertirse en este garbanzo de a libra en cuestiones de entretenimiento, y por eso lo aceptaron como un alumno más. Y, a falta de calidad y cantidad en talentos, se aferraron al payasito, cómico involuntario de mafufas historias. De modelo a casanova, de casanova a padre desnaturalizado. Y de ese modo la van llevando domingo a domingo. ¡Bravo!

Así es como lo proyectan y así es como le va con sus compañeros de aula, con sus maestros y prestigiados críticos, quienes no dudan en tirarle hasta por debajo de la lengua.

¡Es chamba! ¡Va! ¡Me presto! Pero "Güicho" es el único que se la cree, sufre, llora, se acongoja, asume la humillación, el desprecio y la descalificación. Y el público le aplaude , aunque los perros ladren.

La mejor puesta en escena jamás vista en un programa familiar abocado a "divertir". El hambre es canija. Querer ser, tiene su precio. Y él se ajusta a la factura.

Los demás fingen demencia y, de pasadita, dejan que afloren sus demonios, su afán de protagonismo y frases rimbombantes que ni ellos entienden.

Todos, sin excepción, contribuyen a alimentar el circo de esa...

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