Bombones que cambian vidas

AutorAlejandro Dungla

Cuando María Fernanda di Giacobbe habla de las plantaciones y los sabores del cacao de su natal Venezuela, una gran sonrisa se dibuja en su rostro. Ella convirtió al chocolate en un estandarte de cambio y bienestar social.

"En mi familia son todas mujeres cocineras. Yo nací en los 60, cuando las mujeres se incorporaban al campo laboral, y en mi casa lo que se hacía era cocinar.

"Mi madre empezó un negocio de pasteles de bodas y dulces. Nosotros pasábamos las tardes decorando pasteles y comiéndonos los dulcitos debajo de la mesa", recuerda.

Paradójicamente, en una casa donde la conversación giraba en torno a ingredientes y preparaciones y donde se hacían competencias para ver quién guisaba mejor, se escuchaba muy a menudo: "estudien para que no sean cocineros".

María Fernanda hizo caso; se tituló en letras, filosofía y arte, aunque nunca dejó de cocinar.

"Al salir de la universidad, monté un pequeño café donde se hacían exposiciones de pintura, poesía y teatro.

"El trabajo se fue multiplicando y eso nos hizo tener más cafés dentro de los museos de Caracas hasta que hubo un paro petrolero en contra de Chávez".

Poco a poco, Di Giacobbe fue especializándose en cacao y chocolate. Con la fundación de su empresa, Kakao, desarrolló con técnicas europeas y sabores regionales el concepto de "bombón venezolano".

"Hicimos cajas de bombones Amazonas con hormigas, bachacos (insectos), túpiro (fruto ácido) y asaí (baya) y los sabores de Caracas son combinaciones de guayaba con queso crema y dulce de leche con limón.

"Invitábamos a señoras y amigos cocineros a crear bombones. Fue todo un descubrimiento de una memoria gustativa que se estaba perdiendo y que envolvimos en la piel de un bombón.

"Cuando vimos que eso conectaba muy bien con las personas, nos invitaron a dar talleres en comunidades cacaoteras y así llegué a la plantación. En el momento en que llegas se te nublan los ojos de ver tanta riqueza cultural y del paisaje. Es muy bello y hay muchísimos recursos".

De la mano de la organización civil Trabajo y Persona, Di Giacobbe creó proyectos de capacitación para mujeres de las comunidades cacaoteras en situación de vulnerabilidad. Les ayuda a convertirse en microempresarias de la bombonería para traer estabilidad y bienestar a sus comunidades.

"Cuando crecí, Venezuela no estaba bien, pero se construían hospitales, había museos y muchos más intercambios con universidades del mundo; parecía un país moderno. Hoy es un país roto y sin beneficios. Llegamos...

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