Fuera de borda

De noche, los barcos incursionan en zonas protegidas y arrasan con la fauna marina; a cualquier hora del día, pescadores piratas invaden las aguas de otros. No hay respeto por las vedas ni las restricciones de carácter ecológico.

Además, las licencias de pesca, usadas como botín político, fueron repartidas mal y en demasía; hoy día no alcanzan los recursos del Gobierno para hacer que la ley se cumpla en los mares.

La pesca está fuera de control. Y el mar ya tampoco da para tantos pescadores. Ese es el reporte oficial.

El mapa de conflictos se extiende de costa a costa. Una veintena de ellos, ilustrados en el gráfico, dan cuenta de la diversidad de problemas que tienen que ver con la ilegalidad y el conflicto intercomunitario.

La zona económica exclusiva de 2 millones 946 mil 825 kilómetros cuadrados parece inagotable y estimula a la búsqueda de subsistencia o el negocio rápido.

Las ganancias que puede dejar la pesca ilegal hacen más fácil el desembolso de 60 o 70 mil pesos que se necesitan para tener un bote, un motor y artes de pesca. Las autoridades reconocen que los pescadores piratas ya se cuentan por miles.

Poner en orden la pesca. Esa es la prioridad de la Conapesca según sus responsables. En eso están, pero no tienen el tiempo a su favor.

La disputa de las pesquerías ha hecho que se multipliquen los focos rojos en el mapa de la seguridad nacional. Se ha tenido que recurrir a las fuerzas militares para imponer la ley.

La Armada de México es la única institución que va a todas con la Sagarpa y Semarnat, pues los pocos inspectores de estas dependencias carecen de embarcaciones y no van armados.

Sólo que la Armada tiene que atender diferentes encomiendas de seguridad pública y nacional al mismo tiempo: tienen que cuidar turistas, hacerla de guardacostas y salvavidas, vigilar los litorales y atajar al narcotráfico. Y si hay contingencias o desastres naturales, ellos van por delante.

Para enfrentar todo lo anterior, tienen que hacer milagros con el reducido equipo aéreo y de superficie con que cuentan.

Por ejemplo, no todas las Comandancias o puestos de vigilancia naval cuentan con Patrullas Interceptoras -embarcaciones nuevas y rápidas, dotadas de tecnología moderna para enfrentar diferentes situaciones-, ni tampoco tienen unidades asignadas de fijo para resguardar las zonas protegidas. Para ciertos operativos, otras bases tienen que enviar barcos de refuerzo.

A su vez, la mayoría de sus helicópteros y aviones carecen a la fecha de visión...

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