Al borde de la bancarrota

El Gobierno tenía vencimientos de valores en dólares, Tesobonos, por más de 18 mil millones de dólares que debía pagar en el siguiente año y no tenía recursos para cubrirlos. Iba a caer en suspensión de pagos.

La banca internacional no estaba en disposición de renovar ni un solo dólar a un país que iba directamente a la bancarrota.

Las empresas, que se habían endeudado en moneda extranjera en el sexenio de Carlos Salinas estaban al borde de la quiebra, pues con la devaluación sus pasivos se habían multiplicado por dos en unas cuantas semanas.

Las tasas de interés, reflejadas por ejemplo en los Cetes, que habían estado en 9 por ciento en febrero de 1994, subieron hasta el 40 por ciento en los primeros días de 1995 y luego habrían de brincar a más del 80 por ciento en marzo.

La multiplicación de los costos de los créditos hasta por siete veces dejó prácticamente en bancarrota a la mayoría de los deudores y de rebote también a todo el sistema bancario, a quien los deudores dejaron de pagarle.

De acuerdo con versiones de quienes estaban en posiciones clave del gabinete en ese entonces, durante los primeros meses del año había días en los que no quedaba claro si financieramente se iba a poder terminar el día sin que sucediera un desastre.

El Gobierno de Ernesto Zedillo buscó desde diciembre de 1994 el apoyo de los Estados Unidos. Sin embargo, el Congreso de esa nación se mostró reticente para extender una línea de crédito de emergencia que permitiera amortiguar la crisis de confianza que era la principal amenaza para todo el sistema económico.

Ante esta circunstancia, el 31 de enero de 1995, el Presidente Bill Clinton hizo uso de su facultad ejecutiva y extendió a México una línea de crédito por 20 mil millones de dólares.

El 15 de marzo, el Gobierno mexicano logró finalmente el rescate financiero más grande de toda la historia que sumó 50 mil millones de dólares, pues además de los recursos del Gobierno de Estados Unidos logró apoyos por 17 mil 800 millones de dólares del Fondo Monetario Internacional, así como otros 10 mil millones de dólares del Banco de Pagos Internacionales y poco más de 2 mil millones de dólares de otras instituciones.

La bancarrota del Gobierno se logró detener gracias a este rescate sin precedentes. Pero lo que no se pudo parar fue la bancarrota de los deudores y el controversial rescate de los bancos.

Antes de la crisis, los bancos habían adoptado una agresiva política de créditos, especialmente de créditos...

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