J. Bradford DeLong / ¿La futura democracia social de Estados Unidos?

AutorJ. Bradford DeLong

Los Estados Unidos son algo diferente. ¿O en verdad lo son? Sin importar lo que hayan sido en el pasado, los Estados Unidos tendrán que escoger en el futuro si serán, y qué tanto, una democracia social.

Erase una vez, al menos según la mitología, que los Estados Unidos tenían muy poca movilidad descendente. Por el contrario, antes de la Guerra Civil, uno podía empezar poniendo rieles, irse a los territorios del Oeste, tener éxito en la frontera y terminar como presidente -si su nombre era Abraham Lincoln. En la generación posterior a la Segunda Guerra Mundial se podía conseguir un trabajo de obrero sindicalizado en el sector manufacturero o trepar a la cima de las burocracias de cuello blanco que ofrecían seguridad laboral, salarios relativamente altos y carreras estables y largas.

Esto siempre fue mitad mito. Irse a los territorios del Oeste era caro. Las carretas cubiertas no eran baratas. Incluso en la primera generación posterior a la Segunda Guerra Mundial, sólo una minoría de los estadounidenses -una minoría predominantemente blanca y de sexo masculino- obtuvo empleos estables y bien remunerados en compañías manufactureras grandes intensivas en capital y con sindicatos como GM, GE o AT&T.

Pero si esta historia era mitad mito, también era mitad cierta, sobre todo en los años que siguieron a la Segunda Guerra Mundial. Independientemente en gran medida de la educación o la familia, aquellos estadounidenses que valoraban la estabilidad y la seguridad podían alcanzarla mediante empleos con "futuro". Incluso para quienes no eran tan afortunados, los riesgos económicos solían ser bastante bajos: la tasa de desempleo entre hombres casados durante la década de 1960 fue en promedio de 2.7 por ciento y encontrar un nuevo empleo era una cuestión relativamente sencilla. En esta época -más o menos de 1948 a 1973- fue cuando los sociólogos descubrieron que los estadounidenses se definían a sí mismos ya no como clase trabajadora sino como clase media.

El periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial es un punto de referencia en la memoria colectiva de los Estados Unidos, pero con toda probabilidad fue una aberración. Durante las primeras décadas de la posguerra, la competencia del exterior prácticamente no ejercía presión alguna sobre la economía, debido al aislamiento del mercado continental de los Estados Unidos de la devastación de la Segunda Guerra Mundial. Al mismo tiempo, la guerra dejó una enorme demanda contenida de bienes de producción...

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