Un buen punto de partida

AutorAlicia Boy

Antes de que empiece el verdadero frío y las lluvias imparables, en Londres la gente acostumbra disfrutar del exterior visitando las plazas y jardines como Trafalgar Square, donde la principal atracción son los pichones, en su mayoría negros y grises, que habitan la plaza.

Los pichones, que a veces resultan molestos para los visitantes, hacen honor a la batalla de Trafalgar con su revoloteo constante y el ataque al pobre incauto que, desprevenido, es despojado de su papas o cualquier alimento que porte.

Esta plaza, con vida propia, recuerda las diferentes nacionalidades que ahora habitan en la capital inglesa; por un lado, se pueden ver mujeres musulmanas con la cabeza cubierta y, por otro lado, a las hindúes que aún visten con sus tradicionales saris, además de cientos de residentes y uno que otro turista.

Desde muy temprano, un señor muy agradable pone su puesto de maíz para que quien visite Trafalgar Square, pueda alimentar a los pichones. Si se anima a hacerlo, aleje su brazo lo más que pueda de su cuerpo, ya que las aves lo rodearán aleteando e incluso alguno, se parará en su brazo.

Monumento a Lord Nelson

En realidad, el primer pretexto para llegar hasta este sitio no son precisamente los pichones, sino el Monumento a Lord Nelson, que sobresale de la plaza y domina el panorama, y fue erigido de 1839 a 1942 con el propósito de conmemorar la Batalla de Trafalgar.

Esta batalla ocurrió en Cabo Trafalgar en 1805 y Horatio Nelson fue el almirante que venció a las armadas de España y Francia. La flota británica, comandada por este inteligente guerrero, llegó en junio de 1805 a Barbados, con la misión de defender las colonias caribeñas de las tropas napoleónicas.

Cuatro meses después obtuvo el gran triunfo gracias a una estratégica maniobra: Nelson se decidió en dividir su flota y atacar al enemigo por dos flancos, capturando así 20 barcos enemigos. Al final, el almirante había muerto por una bala francesa.

En agradecimiento, el parlamento de Barbados donó fondos para la creación de la estatua.

Desde lejos, antes de llegar a la plaza, el monumento se ve claramente, ya que cuenta con una columna de 51 metros en cuya cima se yergue la estatua de Nelson, con una altura de 5 metros.

Alrededor de la plaza se ve el tráfico constante de los automóviles, entre los que se cuentan los clásicos taxis-Mercedes.

En la plaza

También dentro de la plaza, llaman la atención las cuatro estatuas de leones de gran tamaño. Otro monumento de gran interés histórico...

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