En busca del árbol ideal

AutorLuis Romo Cedano

Foto: Luis Romo Cedano

Para el visitante no es más que un enorme territorio en la zona de los volcanes donde alternan tupidos bosques naturales con anchos plantíos de pinitos listos para cortarse y adornar los hogares en esta Navidad. Con algo más de curiosidad, uno puede averiguar que el lugar es un exitoso negocio forestal sustentable.

El Bosque de los Árboles de Navidad nació hace 40 años con la doble idea de preservar los bosques mexicanos y simultáneamente obtener riqueza de ellos. El lugar fue ocupado como plantío de pino vikingo, un híbrido mexicano bastante pachoncito, y a los pocos años comenzaron las ventas. Al paso de las décadas, este lugar se ha convertido en el plantío más grande del mundo en el sistema de "córtelo usted mismo".

El visitante llega a la entrada del bosque, donde le dan en préstamo un serrucho. Luego se interna en el plantío de 120 hectáreas, y donde encuentra el pino que más le gusta, ahí se para, corta el árbol y se lo lleva. Al final se le agrega al tronco una cruceta para que el arbolito se mantenga en pie. El "paquete", que también incluye un par de regalos, cuesta en total 395 pesos.

Los árboles de la plantación no mueren, porque del tronco cortado vuelven a crecer ramas que más adelante se vuelven árboles. Aparte existen otras 280 hectáreas de bosque natural que se han conservado gracias a los ingresos que generan los plantíos y que sirven también para caminatas y excursiones educativas el resto del año (para informes, llame al teléfono 5510-9074). Usted no encontrará en México otro negocio forestal más sustentable que éste. No por nada obtuvo este año el Premio Nacional de Ecología con mención de honor.

El bosque tiene un solo problema: va tanta gente a comprar su arbolito, que el tráfico en la carretera a Cuautla se vuelve peor que el del Periférico a las siete de la noche. Para ello le damos tres recomendaciones: la primera es salir muy temprano (el bosque abre de 8:00 a 17:00 horas); la segunda es tomar mejor la bella carretera Xochimilco-Oaxtepec y entrar a la zona por Juchitepec y Amecameca; la tercera es ir a la segunda y más desconocida sección del bosque, que está en la carretera que sube al Paso de Cortés.

Una vez que haya cortado su arbolito, tendrá muchas cosas que ver por el rumbo. Si va con niños, lo mejor es visitar el cercano...

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