'Los buscamos en cada fosa hallada'

AutorDaniela Rea

Cada vez que se descubre una fosa clandestina con cuerpos o liberan algún grupo de personas secuestradas, Liliana Gutiérrez saca su libreta y llama a las procuradurías, ministerios públicos y forenses y pregunta por su esposo Arturo Román, desaparecido en agosto pasado.

Y cada vez, es partir de cero. Repetir que es robusto, de 1.92 metros, de piel clara, nariz y labios gruesos, con cejas pobladas y rastas hasta la cintura. Recordar que fue secuestrado en San Fernando con su hermano Axel, un día después de la masacre de 72 migrantes, en ese mismo poblado.

Desde entonces los padres de los jóvenes han ido ocho veces a Tamaulipas a mirar cientos de fotos de cuerpos lastimados, siempre con la esperanza de que entre ellos no estén los suyos.

"¿Cuándo van a empezar a buscarlos? Cada minuto que las autoridades no hacen nada es vida que se les va a nuestros familiares. Cada amanecer piensas que ya pasó otro día más y otro día más", dice Liliana, una diseñadora gráfica de 30 años, rebelde al olvido.

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Apenas supieron por las noticias de las fosas en San Fernando encontradas a inicios de abril, los señores Arturo Román y María Eugenia García manejaron toda la noche, desde el Distrito Federal hasta el poblado en Tamaulipas, para mirar los cuerpos y descartar a sus hijos entre las víctimas.

Pero hasta ahora los padres no han podido ver los cadáveres. Cuando llegaron el Ministerio Público de San Fernando estaba ocupado en las diligencias por el hallazgo de más restos humanos, porque según les han dicho los pobladores son más de 200 los cuerpos que podrían estar enterrados. Y en los últimos días decenas de familias han atiborrado las oficinas de Semefo en Matamoros.

"Hay una romería de 300, 400 familias buscando a los suyos. Pero no se les ha permitido ver a los cuerpos, ni las fotografías para identificar a sus desaparecidos. Sólo toman declaraciones a todos que digan como son, sus señas, sus ropas, partiendo cada vez de cero", lamenta Liliana.

Partir de cero. Otra vez. Volver a aquella noche del miércoles 25 de agosto del 2010, cuando un grupo de hombres con armas largas se llevaron a los muchachos del restaurante donde solían cenar cuando volvían de McAllen, en donde surtían mercancía para su negocio en el Distrito Federal.

Esto lo supieron los padres tres días después de la desaparición, cuando viajaron a San Fernando y preguntaron por todos lados alguna pista, con el riesgo de toparse con la persona equivocada que quisiera hacerles daño también a...

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