Buscan un mar de comodidad

AutorAnaline Cedillo y con información de Ivett Rangel

La imagen del jubilado despreocupado asoleándose en la cubierta de un crucero se ha convertido en un cliché. Sin embargo, para este segmento de viajeros, el lugar común no hace que la travesía sea menos deseable.

Con tiempo de sobra y diferentes prioridades económicas, no son pocas las personas retiradas que echan mano de sus ahorros para vacacionar en un crucero, en gran medida seducidas por la idea de ser atendidas y dejar que otros se preocupen por los detalles del itinerario.

Así lo vive María Esther Jacques, una ex contadora de 60 años, mexicana, quien después de probar otras formas de viajar se ha convertido en crucerista de hueso colorado, gracias a la experiencia llena de comodidades que en este medio ha encontrado.

"Te trepas al crucero, llegas, pones tu maleta y vas despertando cada día en diferentes lugares. Además, tienes la facilidad de que hay muchas cosas qué hacer a bordo", narra con entusiasmo.

Junto con su esposo -de 63 años, también jubilado-, María Esther se aventura a conocer nuevos destinos y planea sus vacaciones siempre teniendo en mente un barco. En abril de este año, viajaron durante 10 días en un crucero que hizo escalas en Jamaica, Costa Rica, Nicaragua, Huatulco y finalmente Acapulco.

"Como que ya pienso cada año en función al crucero. Mi marido me dice '¿otro crucero?', pero regresa encantado de la vida", comenta.

Casi como una leyenda urbana se sabe que algunos jubilados prefieren pasar sus días viajando de crucero en crucero, en lugar de habitar una residencia fija. Tal como lo describe un correo electrónico que circuló por internet y que a María Esther le dio una idea para el futuro.

"Yo recibí el otro día un mail, no sé si será verdad o será mentira, pero yo dije: 'yo quiero ser de esas', de una señora que decía que le sale más barato subirse al crucero, con todas esas amenidades, por una cantidad más baja que la que ella pagaría en una estancia de gente mayor", afirma.

Los expertos reconocen que esta es una práctica que cobra popularidad.

"Es una tendencia que está surgiendo para personas, sobre todo norteamericanas, las cuales viven con más frecuencia que los mexicanos separados de sus hijos u otros familiares", dice Beatriz Bonilla, directora de Central de Cruceros de México.

Un caso muy cercano es el de Siri Bernstein, una enfermera jubilada de 67 años que reside en Florida. Su vida como crucerista, la cual comparte con su esposo, es agitada: ha realizado seis travesías, una de ellas alrededor del...

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