A la cabeza

AutorTania Cacique

Una vez que bajes del auto nupcial, tus invitados querrán hacer los inevitables juicios estéticos. Pero si te enfocas en la correcta preparación previa de tu imagen, les darás a las malas lenguas muy poca tela de dónde cortar.

Sólo deberás ocuparte de sonreír y agudizar tu sentido auditivo para escuchar, entre cuchicheos, expresiones como: "qué guapa", "parece muñequita" o simplemente "¡wow!".

Así las cosas, dedica tiempo suficiente para planear cómo lucirás el gran día. Al tener listo tu vestido, lo siguiente en la lista son el peinado y maquillaje.

Aunque estés acostumbrada a arreglarte todos los días y poseas la sorprendente habilidad para maquillarte mientras conduces, lo más recomendable para la ocasión es acudir con un experto.

En confianza

Ya que el arreglo de la novia reclama una fuerte conexión entre estilista y maquillista, Antonio Bellver y Marien Vera han formado la mancuerna perfecta. Son marido y mujer con más de 34 años de casados. Él es un multipremiado peluquero, y ella es una talentosa maquillista que funge como directora de imagen del salón y la academia Joss Claude & Bellver.

Con más de tres décadas de trabajo en equipo, alrededor de cien novias de México, España y otros países de Europa han depositado su confianza en ellos.

"Para el día de la boda, no existe un prototipo de peinado ni de maquillaje, porque tampoco hay un prototipo de novia", dice Marien.

Cuando una futura esposa llega a la estética, señalan los expertos, lo primero es ganarse su confianza para después estudiar sus rasgos morfológicos (faciales y corporales), su personalidad, las características de la boda, el tipo de vestido y otros asuntos.

"Si se quiere maquillar y peinar a una novia, no sólo hay que verla del cuello para arriba. Además de hacerle las preguntas claves, hay que investigar su personalidad para así armonizar todo", asegura Bellver, quien aclara que a veces ya conoce muy bien a la novia porque ha sido su clienta durante años.

Los esposos coinciden en que a veces las novias se dejan influenciar por alguien que las acompaña.

"En la primera visita, es común que la novia llegue acompañada de la mamá y esté aconsejada por ella. Entonces, hay que ganarse la confianza de las dos", confiesa Bellver.

La novia debe lucir sencilla, realzar su figura y mostrar lo que lleva dentro. Debe elegir lo que le haga sentir bien y nunca disfrazarse.

"Está bien que se deje aconsejar, pero nadie más que ella debe hacer la decisión final sobre su arreglo"...

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