¿Por qué caerá Gaddafi?

AutorZoé Robledo

"Yo sólo fui un aspirante a dictador. La historia te enseña que los dictadores no terminan bien".

Augusto Pinochet (The Dictator de Jon Lee Anderson, The New Yorker, 19 de octubre de 1998).

"Su vida fue una serie no interrumpida de delitos, de voluptuosidades, de fraudes y de imposturas. No fue castigado, ¿pero fue feliz? Dios lo sabe; yo sólo sé que sus vasallos fueron desgraciados". Así describe Voltaire a Constantino el Grande en su Diccionario Filosófico (1764); usa su ejemplo para ilustrar el término tirano. Las mismas palabras podrían usarse como epílogo de una de las dictaduras más largas, excéntricas y brutales del siglo XX y lo que va del XXI: la del dictador libio Muammar Gaddafi.

¿Cómo caerá Gaddafi? Es una pregunta imposible de responder. Con Gaddafi lo inverosímil adquiere otro significado. Tan es posible que sea arrestado por la Corte Penal Internacional, como que huya a alguno de los pocos países donde todavía sería bienvenido (llámese Venezuela o Nicaragua); que se vaya como un mártir, como él mismo lo ha dicho y espere a que los manifestantes vayan por él a su complejo militar/palacio/búnker de Bab al-Azizia (el mismo que se negó a reconstruir luego de que Reagan ordenara bombardearlo en 1986). ¿Cuándo caerá? También es terreno de lo indescifrable. Lo que sí es posible enunciar son los elementos de una pregunta aún más importante: ¿por qué caerá?

  1. Porque la institución de las tribus se está desmoronando.

    Libia es un país de tribus. Su nombre proviene de una de ellas: los Libu, antiguos bereberes que ocuparon la Libia de la antigüedad. La mítica forma de vida de las tribus beduinas supera la postal de caravanas de comerciantes y ganaderos que cruzan el desierto en camellos. En realidad son el ordenamiento social y político de mayor arraigo e importancia. Gaddafi lo sabía desde que tomó el poder en 1969: para asegurar su permanencia debía manipular a las tribus. Entonces instauró la Jamahiriya, una simulación de República Popular sustentada en comités cuyos miembros eran elegidos entre las tribus más obedientes. Les dio privilegios, las cooptó, las compró y las transformó en la estructura de la administración pública. De esta forma, Gaddafi creó un régimen en el que el poder se concentraba en sus manos para luego pulverizarse desordenadamente entre los grupos tribales de la antigüedad. Sin instituciones, partidos políticos, oposición, sindicatos o cualquier otro contrapeso, ni siquiera una Constitución. Ahora ese sistema tribal será el que decida la nueva...

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