Cagliostro (1934)

AutorChristopher Domínguez Michael

La novela que el cine mudo regaló a la literatura la escribió Vicente Huidobro. Pocos saben que el poeta chileno, cuando los filmes sonoros convirtieron a los antiguos guiones en precoces obsolescencias, no cejó y a principios de los años 30 la crítica, en Londres y Nueva York, aplaudió Cagliostro, su "novela-filme".

Desde 1916, en El espejo de agua, Huidobro (1893-1948) incluyó al cine en su revolución poemática, que trastornaría las lenguas francesa y española. Vicente -como le dicen aún los viejos poetas de Chile- ganó en 1927, según informó The New York Times, 10 mil dólares en un premio de guión de la League for Better Motion Pictures. El tema era Cagliostro y había sido escrito previamente para el cineasta rumano Mime Mizu, quien nunca llegó a rodar una película que se quería continuación de El gabinete del doctor Caligari (1920) y de Nosferatu (1922).

No fue sino hasta 1934 cuando apareció en español el texto de Huidobro, subtitulado "novela-film" e ignorado hasta que el crítico René de Costa y el editor Mario Muchnik lo reeditaron en 1993 en Madrid. Huidobro creía que el cinematógrafo había realizado el sueño de Jacob, abriendo un ojo frente al espejo.

Contra el surrealismo, el autor de Altazor, predicó un racionalismo absoluto. Pero los vanguardistas eran unos benditos inconsecuentes. Huidobro escogió a Cagliostro como personaje de esa película muda nunca filmada, que sobrevivió gracias a la convicción del poeta que el cine y la poesía eran artes hermanadas por la yuxtaposición y el montaje.

¿Quién fue Cagliostro? Nació, llamado José Bálsamo, en Palermo en 1743 y murió en San Leo en 1795. Como Casanova y Beaumarchais, fue el autollamado conde de Cagliostro, uno de los grandes desvergonzados del siglo dieciocho. Mago y charlatán, oscureció las luces de la Razón, pródigo en curaciones milagrosas y estafas espectaculares. Donde había enfermos y problemas, aparecía Cagliostro para curar o agravar. Hijo de la pobreza siciliana, José Bálsamo se convirtió en estrella internacional gracias a la truhanería. Su esposa no sólo se prostituía para él; enjabonaba las escaleras para hacer resbalar al mago, matarlo y quedarse con su fortuna. El matrimonio Cagliostro recorrió Europa, socorriendo a los pobres y burlándose de la aristocracia. Fue dueño de grandes conocimientos químicos y sus biógrafos no dudan en presentarlo como un involuntario adelantado de la medicina contemporánea al sintetizar antibióticos, rechazar las sangrías y predicar la...

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